miércoles, 21 de septiembre de 2011

Pilar de Martingordo

























“El pilar de Martingordo recibe la visita de un hombre que abreva sus bestias. Junto a los caños se aprecia la presencia de varias figuras, probablemente mujeres. La explanada de la antigua feria ha perdido buena parte de su extensión porque se ha construido un colegio nacional. En este lugar se dice que se aparece en noches de lluvia, viento y tormenta el alma en pena de un hombre que fue víctima de asesinato. También murió aquí una joven que, al caer, se clavó los restos de un cántaro.“ (Página 83 del libro Torredonjimeno. Una mirada al pasado editado por José Madero Montero, en 2011, en esta localidad jiennense)

El Pilar de Martingordo es una fuente de origen medieval reformada en 1721. Fotografía de 1949.

9 comentarios:

Anónimo aquel dijo...

No hay como las noches de viento y tormenta para alentar a Psique y sus queridos fantasmas.

Tosiriana dijo...

Es muy interesante comprobar como en este volumen, que tengo, la fuerza literaria de este pie de foto es infínitamente más alta que el anodino poema de Miguel Hernández que han colocado en una solapa.

Trapotme dijo...

¿Qué volumen, don/ña Tosiriana? Ande, cuéntenos.

Tosiriana dijo...

¿Dña. Tosiriana? Tosiriano/a es el gentilicio de Tosiria, antiguo nombre de Torredonjimeno. El volumen a que me refiero es el libro del que habla D. Francisco.

Anónimo dijo...

También murió una joven, que al caer, se clavó los restos de un cántaro. ¿?

Midestur dijo...

Es notable, y terrible, el accidente. Nos hemos olvidado de la accidentada mujer muerta por el filo de la cerámica. Insensibles que somos bajo la niebla de los comentarios. Qué azar se habrá congregado en esa quebrazón homicida. Esta noche no podré dormir...

Javier de la Iglesia dijo...

Busqué información sobre el asunto de la niña y encuentro esta página:
http://www.torredonjimeno.net/cassia/articulos/leyendas.htm

Ferrer Lerín dijo...

Querido Javier. Gracias por el enlace tosiriano. Veo que en "La niña del cántaro" se nombra la calle Rabadán; en una de sus casas pasé tres inviernos a mediados de los ochenta. Lo recuerdo con mucho cariño. He de volver pronto.

otra Tosiriana dijo...

Haber si viene pronto de verdad. Me gusta verle cuando entra y sale del Regina.