Son cadáveres dispuestos al alba en atroces posturas,
reptantes
longitudes que todo lo envenenan, valles asustados,
padres convertidos
en ogros de antro, septenarios ciegos,
parejas contrarias,
visionarios pulcros en arte maduro,
reos aquejados de
un rural siseo, cundió la costumbre de negar el uso
de suaves nodrizas,
¡serpientes, no hijos! proclamó el soldado
taciturno hirsuto,
mendigo de hierba que engrasa el ganado.
"Furor censal", Hiela sangre, 2013.
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Léon Comerre. El diluvio. 1911.
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Léon Comerre. El diluvio. 1911.