Caballo de veinticuatro años devorado por buitres tras
fallecer por causas naturales en una finca del prepirineo aragonés. El ganadero
coloca la momia (huesos y parte de la piel no consumidos por los necrófagos) en
posición vertical apoyándola en unos arbustos. Preguntado por el porqué de esta
extraña maniobra responde que los helicópteros de la Vuelta a España hubieran
podido detectar el cadáver lo que hubiera causado mala impresión y así, puesto
de esta forma, parecería un animal vivo pese a la notable reducción de alzada y
grosor. Fotografía: Juan Carlos Domínguez.
jueves, 30 de agosto de 2012
jueves, 23 de agosto de 2012
Demediado 1
Fue entrando poco a poco en nuestras vidas. Apareció como el
nuevo marido de Gladis, una veterinaria de senos suntuosos y carita dulce.
Cenamos, aquí y allá, con otras parejas durante el primer verano. Luego, no sé
exactamente por qué razón, comenzamos a salir los cuatro una o dos veces al mes.
Hoy, salimos todos los fines de semana. Desconocía su apellido y él
nunca mostró interés en revelarlo. Hasta que una noche, en su apartamento de
Marina d’Or, después de haber dado cuenta de varias latas de foie y un
monumental queso de Aspe, me vi en la obligación moral de preguntarle cómo se
llamaba y, ante el estupor de mi mujer y mío (Gladis estaba en el servicio
vomitando), contestó que no tenía apellido, que sí, que constaba uno en las
tarjetas de la empresa en la que trabajaba como director corporativo pero que
su apellido original, el que ostentaba su padre, se había ido perdiendo,
descomponiendo, y que prácticamente ya no quedaba nada, a lo sumo la sílaba
final “go”.
lunes, 20 de agosto de 2012
Torres del silencio
La presencia del buitre en la toponimia, en la onomástica y,
en general, en la cultura, es muy reducida, en especial si la comparamos con la
del águila. Así, frente a la abundancia de cumbres, sierras y otros accidentes
geográficos denominados “del águila”, son escasos los que se denominan “del
buitre”. Incluso en regiones como Aragón, en la que este gran necrófago es
habitual, sorprende enterarse, a raíz de la instalación de un gran telescopio,
que en la provincia de Teruel existe un Pico del Buitre. En la toponimia menor
aún perdura el uso, entre los ancianos, de atribuciones a pequeños enclaves que fueron utilizados como muladar; caso
de la localidad oscense de Bailo donde un cerro plano rodeado de cárcavas es
llamado Bulutrera (de “vulturaria”, “buitrera”, “vultur“>”buitre”, lugar frecuentado
por buitres”; ya que allí se echaban las reses muertas). La onomástica, pródiga
en apellidos Aguilar, Aguilera, etc., no parece recoger ninguno vinculado al
buitre; aunque esta aseveración no está cerrada al cambio. En la mitología, dos
héroes emparentados con el gran Zeus sufren castigos hepáticos: Ticio
precipitado en los infiernos y Prometeo encadenado a una peña soportan por toda
la eternidad el pico de una gran ave que les devora el hígado, el cual se
regenera constantemente. La iconografía presenta a un águila como agente
comedor pero, en menor cuantía, existen versiones que dan ese
papel al buitre e incluso a una collera de ellos. En el mundo de la música, la
olvidada ópera “La Wally” de Alfredo Catalani (vuelta a la fama por la
reiterada interpretación de su aria “Ebben? Ne andró lontana”) se basa en la
novela y pieza teatral “El buitre Wally”. Finalmente, en este rápido repaso,
señalar las Torres del Silencio, las construcciones cilíndricas de Irán y la
India destinadas a ofrecer a la voracidad vulturina los cadáveres humanos que
la religión zoroástrica impide enterrar o quemar para evitar la contaminación
del suelo y aire. En la India, desde 1990, la población de buitres ha experimentado una dramática disminución por el uso veterinario de Diclofenaco, un potente
antiinflamatorio presente a veces en enormes dosis en los cadáveres de las
reses que al ser ingeridas por los buitres les provoca insuficiencia
renal severa, una de las secuelas clásicas de este medicamento. Esta caída
poblacional de las aves necrófagas en la India ha supuesto el aumento de perros
al disponer estos de gran cantidad de carroña que antes era eliminada por los buitres
y, de rebote, un aumento, o quizá una aproximación a zonas urbanas, de los
leopardos, superdepredadores especializados en cánidos y que ahora asustan a
los niños.
jueves, 9 de agosto de 2012
domingo, 5 de agosto de 2012
Textos anónimos alterados 8
En
un pueblo de la costa gaditana varias personas desaparecen en el mar y vuelven
a aparecer a los pocos días reducidas a simples esqueletos. El doctor Tambo, un
biólogo marino, empieza a sospechar que el responsable de las muertes podría
ser un pulpo gigante, por lo que se pone en contacto con la especialista en
cefalópodos Rita Percal, de la que se enamora sin saber que está afectada por
una grave enfermedad y a punto de ser intervenida por un médico filipino. Tan
grande es el amor de Tambo por Percal que se presta a que lo operen a él en vez
de a ella.
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