sábado, 28 de octubre de 2023
viernes, 27 de octubre de 2023
miércoles, 25 de octubre de 2023
Lectores de Ferrer Lerín 124
Me dice Ángel Luis Fernández Recuero, editor de las revistas Jot Down y Mercurio:
"Te adjunto una captura de pantalla donde se ve que en este momento hay 540 personas leyendo simultáneamente la entrevista. Durante dos o tres días, seguro que te llegan comentarios sobre la misma de tu cohorte de hermeneutas. Está siendo todo un éxito."
sábado, 21 de octubre de 2023
Manual para enormes viajeros
Manual para enormes viajeros
¿Está ahí Walt Whitman acodado tras la grandeza de la tundra?
Escarabajos como caballos se apacientan entre nosotros
porque nosotros somos los hombres negros de hirsuta piel
y Marta Fuembuena nos guía.
Pastora divina de oscura casaca
nos guía gracias a un manual hecho de hojarasca
y huesos calcinados en el sol de los ajusticiados
Fuembuena resuena en la oquedad de máximo dolor
produce energía del compás de la tierra
y del siglo
y de los siglos venideros.
Grandland es una muchacha
y no un páramo descabalgado.
Qué gran profecía este libro
poemas que
y esto sorprende
pertenecen también a las islas antillanas de Saint John-Perse
y al Antiguo Testamento
Una historia primigenia
fundada en lo esencial
en el calor de los osos grises
en el retorno y en el futuro.
Analicemos este breve nombre
Marta
y alguien nos dice -Gutierre Tibón- que viene de “La Señora”
título de los títulos
enhiesta señora domeñando la llanura en la que fornican los dinosaurios.
Marta de nuevo
y ahora define al hombre aparentemente entretenido
la epopeya necesita también al héroe
pero es un hombre débil
aunque tenga consistencia
que parezca inalcanzable
el hombre-búnker de trapo
la falsía.
Curiosa y extensa coda auspiciada por Joaquín Araújo.
Lo telúrico.
El cataclismo.
La agonía.
El desengaño.
Y la sabiduría.
Gracias, Marta de buena madre.
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Francisco Ferrer Lerín, marzo de 2023.
Poema-prólogo del libro Lengua geográfica de Marta Fuembuena Loscertales.
jueves, 19 de octubre de 2023
Lectores de Ferrer Lerín 123
12.10.23
Hay gente que es feliz conociendo a un futbolista, otros se derriten si se fotografían con un cantante... Y los hay (estos son menos y a veces llevan su "cuenta") que se lucen si están al lado de un político nacional (me da igual su signo). Dejadme a mí y a unos cuantos que nos regocijemos en tener la oportunidad de aprender en vivo de uno de los escritores más singulares de nuestro tiempo: Francisco Ferrer Lerín. Pues, amén de haberlo leído con anterioridad y disfrutar la lectura, lo de escucharlo ayer noche en un amistoso encuentro con nuestro amigo Pepe Calabrús, fue un festín intelectual.
Las ideas claras, el invitado distinguido, la sinceridad sin fisuras, la dicción clásica, con un leve acento aragonés y la inteligencia jugando con soltura, mientras la memoria le asistía sin lapsus ni titubeos, compartiendo sabrosas anécdotas, elegante y señorialmente despachando las ingratas remembranzas y celebrando con gratitud los frutos de una vida entre la ciencia ornitológica y la escritura, una vida que adquiere proporciones legendarias en la defensa de la fauna de nuestros cielos y campos ibéricos. Ferrer Lerín en estado de gracia. Las preguntas que el público le hacía por nuestro paisaje local me traía a las mientes un topónimo de nuestros predios -que le será tan grato al autor- como "Buitreras", se le pedía consejo para fomentar Torredonjimeno (claro, era el alcalde, Enrique Castro, quien lanzaba esa carta; siempre trabajando) y una pregunta le permitía al escritor recordar con cariño y gracejo a Leopoldo María Panero.
La velada de ayer con Ferrer Lerín fue para el público una epifanía, pues este autor, nacido en Barcelona, vivió tres años en Torredonjimeno, aquí tiene buena parte de su familia y, aunque haya paseado por nuestras calles, hasta ayer no lo conocimos muchos lugareños en su calidad humana que desprende un carisma que, en el mejor sentido, se llama "autoridad" -algo irresistible en una época en que los ignaros y memos están rampantes. Prueba de esa "auctoritas" es que observé que, al término de la velada, la mayoría se aproximó al escritor, todos queríamos hablar con él o escucharlo si hablaba con alguno, nos hubiera gustado seguir esa conversación que ayer se estableció: a unos por la literatura, a otros por el conservacionismo de la naturaleza, a otros por las artes plásticas... A todos por la cercanía y franqueza de quien tanto sabe de aves, de literatura y del póquer de la vida. Creo que en nuestro municipio no existe todavía oficialmente esa figura de "Hijo Ilustre y Adoptivo de Torredonjimeno", pues digo yo que habrá que inventarlo para que Ferrer Lerín sea el primero que reciba tal título.
Manuel Swintila Fernández
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