"Los científicos, para llevar a cabo descubrimientos, no están obligados a seguir un método. Es más, en rigor, jamás siguen un método sensu stricto y aunque pretendan seguirlo se permiten todo el rato –aun sin proponérselo– meandros, atajos, rodeos y un sinfín de excepciones. No es baladí que uno de los más famosos ensayos del siglo xx sobre ciencia lleve el revelador título de 'Contra el método'". [...] "El método científico se refiere, grosso modo, a la forma de exponer los resultados de un trabajo, no a la forma en que se accedió a ellos. Uno puede llegar a tales resultados como prefiera, esto es, a través de procedimientos arbitrarios. Como por ejemplo, tomando un baño (Arquímedes). O viéndole sentido a un sueño en que un ofidio se enrosca sobre sí mismo (Kekulé). O por azar (Röntgen). Dicho de otra forma: aunque raras veces se especifica, el método científico sirve para representar ordenadamente los resultados de un proceso pero no para representar el proceso en sí, que siempre es caótico y sinuoso –como nuestro cerebro–, incluso cuando se trata de la más deductiva de las ciencias: las matemáticas. Por mi profesión, he tratado con decenas de matemáticos y no puedo dar noticia de ninguno que obtuviera resultados –en su caso, teoremas, proposiciones, corolarios, etcétera– mediante la secuencia lógica presentada en sus artículos sino a través del tanteo y el error, la intuición, comprobación, reinterpretación, analogía formal, refutación por contraejemplo, iluminación, o cualquier otro mecanismo útil –incluida la simulación por computador o el error feliz–, se ajuste o no a la ortodoxia del método. Es decir, producir teoremas no es una labor muy distinta a la composición de un minueto. Así que el método es lo que se muestra o se ve, no lo que fue. O, si se prefiere, una representación maquillada y ordenada de lo que fue, en aras de una mayor claridad".
"Sobre el método científico·, Letras Libres, 9 de abril, 2013
10 comentarios:
pero entonces que pasó??? no se publicó??
"Edad del insecto" no fue publicado por March Editor. En 2018 lo publicó la editorial barcelonesa S.D Edicions, en una magnífica edición ilustrada:
http://www.sdedicions.com/fitxa_llibre.php?id=255
Así es, estuvimos en la presentación del Ateneo.
"La edición que nunca existió" –promisorio título–,
una provocación al sesgo de las Bibliografías.
La edición de S.D. es realmente magnífica, es una lástima que el libro apenas se haya publicitado y distribuido.
Si mal no recuerdo, el editor es un matemático que también se interesa por la poesía.
Un matemático y teleco, Javier Ozón Górriz, tqmbién editor de la edición fallida.
Vaya, una deuda saldada con usted y la poesía...
Viene a cuento, porque se trata de Ozón Górriz:
"Los científicos, para llevar a cabo descubrimientos, no están obligados a seguir un método. Es más, en rigor, jamás siguen un método sensu stricto y aunque pretendan seguirlo se permiten todo el rato –aun sin proponérselo– meandros, atajos, rodeos y un sinfín de excepciones. No es baladí que uno de los más famosos ensayos del siglo xx sobre ciencia lleve el revelador título de 'Contra el método'".
[...]
"El método científico se refiere, grosso modo, a la forma de exponer los resultados de un trabajo, no a la forma en que se accedió a ellos. Uno puede llegar a tales resultados como prefiera, esto es, a través de procedimientos arbitrarios. Como por ejemplo, tomando un baño (Arquímedes). O viéndole sentido a un sueño en que un ofidio se enrosca sobre sí mismo (Kekulé). O por azar (Röntgen). Dicho de otra forma: aunque raras veces se especifica, el método científico sirve para representar ordenadamente los resultados de un proceso pero no para representar el proceso en sí, que siempre es caótico y sinuoso –como nuestro cerebro–, incluso cuando se trata de la más deductiva de las ciencias: las matemáticas.
Por mi profesión, he tratado con decenas de matemáticos y no puedo dar noticia de ninguno que obtuviera resultados –en su caso, teoremas, proposiciones, corolarios, etcétera– mediante la secuencia lógica presentada en sus artículos sino a través del tanteo y el error, la intuición, comprobación, reinterpretación, analogía formal, refutación por contraejemplo, iluminación, o cualquier otro mecanismo útil –incluida la simulación por computador o el error feliz–, se ajuste o no a la ortodoxia del método. Es decir, producir teoremas no es una labor muy distinta a la composición de un minueto. Así que el método es lo que se muestra o se ve, no lo que fue. O, si se prefiere, una representación maquillada y ordenada de lo que fue, en aras de una mayor claridad".
"Sobre el método científico·, Letras Libres, 9 de abril, 2013
El título sigue siendo magnífico.
¡¡Crece y recrece!!
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