Murió “Toberas”. A los sesenta y ocho años. Periodista de
raza, luchador irredento, se ganó fama de cáustico y hábil en sus entrevistas
radiofónicas. En 2006 tuve el honor de que me incluyera en una serie sobre
escritores raros. Telefoneó de noche (yo estaba advertido) y en un vivaz
directo se presentó como Luis José Cordero. A medio programa, duraba una hora,
así de pronto, quizá para provocarme o para mantener despiertos a los oyentes,
repitió los créditos, pero su nombre, en esta ocasión, fue Enrique Borrego. El
final, que quiso ser sonoro y entrañable, lo firmó con un “buenas noches
señoras y señores, buenas noches don Francisco, se despide su amigo Pedro Luis
Oveja”. El basónimo, arrojado en primicia por el parte forense, se concreta en un
sospechoso Miguel de Cervantes.
domingo, 1 de septiembre de 2013
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1 comentario:
Cuenta el sabio Cide Hamete Benengeli las azarosas circunstancias ganadas a pulso por la res.
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