La presencia del buitre en la toponimia, en la onomástica y,
en general, en la cultura, es muy reducida, en especial si la comparamos con la
del águila. Así, frente a la abundancia de cumbres, sierras y otros accidentes
geográficos denominados “del águila”, son escasos los que se denominan “del
buitre”. Incluso en regiones como Aragón, en la que este gran necrófago es
habitual, sorprende enterarse, a raíz de la instalación de un gran telescopio,
que en la provincia de Teruel existe un Pico del Buitre. En la toponimia menor
aún perdura el uso, entre los ancianos, de atribuciones a pequeños enclaves que fueron utilizados como muladar; caso
de la localidad oscense de Bailo donde un cerro plano rodeado de cárcavas es
llamado Bulutrera (de “vulturaria”, “buitrera”, “vultur“>”buitre”, lugar frecuentado
por buitres”; ya que allí se echaban las reses muertas). La onomástica, pródiga
en apellidos Aguilar, Aguilera, etc., no parece recoger ninguno vinculado al
buitre; aunque esta aseveración no está cerrada al cambio. En la mitología, dos
héroes emparentados con el gran Zeus sufren castigos hepáticos: Ticio
precipitado en los infiernos y Prometeo encadenado a una peña soportan por toda
la eternidad el pico de una gran ave que les devora el hígado, el cual se
regenera constantemente. La iconografía presenta a un águila como agente
comedor pero, en menor cuantía, existen versiones que dan ese
papel al buitre e incluso a una collera de ellos. En el mundo de la música, la
olvidada ópera “La Wally” de Alfredo Catalani (vuelta a la fama por la
reiterada interpretación de su aria “Ebben? Ne andró lontana”) se basa en la
novela y pieza teatral “El buitre Wally”. Finalmente, en este rápido repaso,
señalar las Torres del Silencio, las construcciones cilíndricas de Irán y la
India destinadas a ofrecer a la voracidad vulturina los cadáveres humanos que
la religión zoroástrica impide enterrar o quemar para evitar la contaminación
del suelo y aire. En la India, desde 1990, la población de buitres ha experimentado una dramática disminución por el uso veterinario de Diclofenaco, un potente
antiinflamatorio presente a veces en enormes dosis en los cadáveres de las
reses que al ser ingeridas por los buitres les provoca insuficiencia
renal severa, una de las secuelas clásicas de este medicamento. Esta caída
poblacional de las aves necrófagas en la India ha supuesto el aumento de perros
al disponer estos de gran cantidad de carroña que antes era eliminada por los buitres
y, de rebote, un aumento, o quizá una aproximación a zonas urbanas, de los
leopardos, superdepredadores especializados en cánidos y que ahora asustan a
los niños.
lunes, 20 de agosto de 2012
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10 comentarios:
En Madrid hay un pueblo llamado Buitrago, que probablemente no tenga nada que ver con los buitres.
El futbolista retirado Emilio Butragueño era conocido con el apodo de "El buitre".
En España hay tres localidades llamadas Buitrago. Una en Soria, otra en Sevilla (Buitrago-La Rinconada) y otra en Madrid (Buitrago de Lozoya). Los investigadores no se ponen de acuerdo respecto a la etimología siendo la interpretación más obvia un "vulturiacum" ("lugar de buitres") y la más apegada a la norma lingüística el antropónimo "Vulturiacu". En cuanto a llamar "El Buitre" a ese futbolista parece tratarse de un simple juego a partir de un apellido del que desconozco su etimología aunque no descarto que proceda del noble animal que nos ocupa.
Creo que el apodo del futbolista, además de juegar con el apellido, se refería también a su comportamiento en el campo. Acechante al borde del área a la espera de una ocasión de gol, como se supone que hacen nuestros encantadores amigos carroñeros.
El post me ha parecido interesantísimo. Había leído algo sobre el problema del diclofenaco en el ganado y la manera en la que afectaba a los buitres. He rescatado ahora, a propósito de esta lectura, algunos artículos sobre el considerable aumento de los perros callejeros en ciertas ciudades de la India, debido a este problema, y el consecuente incremento de muerte infantil a consecuencia de mordeduras de perros con rabia. No sé si finalmente se ha prohibido el uso de diclofenaco en el ganado y sustituido por otro medicamento, pero leo:
"La mejor manera de solucionar el problema en el sur de Asia es convencer a todos los veterinarios y productores de ganado de la necesidad de reemplazar el diclofenaco por el meloxicam (o por cualquier otro medicamento cuya inocuidad para los buitres se haya demostrado). El programa de sensibilización sobre la situación de los buitres de la Sociedad de Historia Natural de Bombay colabora con el Gobierno de India para alcanzar ese objetivo y está estableciendo, con el apoyo de la Royal Society for the Protection of Birds (RSPB) del Reino Unido y otros organismos asociados, costosos programas de conservación y cría de buitres a fin de posibilitar su reintroducción en el futuro."
Ju(e)gar.
Genial la foto, por cierto.
La foto es de 1880. Bombay.
Se diría que esos lejanos buitres de 1880 son los mismos que dejan en los huesos la carroña de 2012. Uno ve fotografías o pinturas de seres humanos en diferentes periodos de la historia y percibe diferencias –tanto en la fisonomía como en el modo de vestir- según la época. Sin embargo los animales parece que no cambian.
No lo necesitan, Sr. Tarraque, son funcionalmente perfectos.
http://www.cabovolo.com/2009/10/las-torres-del-silencio.html
http://www.youtube.com/watch?v=kYUYbCksbjk
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