Me senté al fondo. En la última fila. Nunca me colocaba ahí.
Pero hoy era el día del choque. En la recta de la carretera, donde los
vehículos pesados, el autobús en el que yo iba y el camión quitanieves que
circulaba en sentido contrario, alcanzan la velocidad máxima. El impacto,
brutal, que me lanzó contra el respaldo del asiento delantero, podría
definirse, en términos acústicos, como un trueno que de inmediato enlaza con el
chirriar de la cuchilla de acero especial de 400 Brinells de dureza al segar la
carrocería del autobús mientras las vertederas de acero barnizado, las inmensas
orejas que flanquean la proa, producen un ruido sordo al aplastar, a la manera
de un acordeón, toda la estructura. Sabía que la cuchilla, los alerones, toda
la cuña quitanieves, iban a quedar a milímetros de mi persona. Así fue. Luego,
vino el silencio, sólo importunado por el gotear del carburante desde los
restos del depósito. También sabía que ese repiqueteo no iba a durar demasiado.
Así fue. Pero, esta vez, no porque acabara el sueño. La causa era otra. Llegaba
el estallido.
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Mansa chatarra
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Mansa chatarra
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18 comentarios:
Extreme Demolitions.
Compañía limitada de sueños Rucinter, C.
Temo por las consecuencias de este aterrizaje. El encaje de la cápsula en la maquinaria mercurial (con posibles pérdidas de combustible, marionetas enjauladas y anónimos de carácter residual) podría ser devastador para los conductos subterráneos que sostienen el engranaje -alambres imantados y omeprazol- de los cimientos del aeropuerto condal. El silencio previo al estallido podría ser prolongado de forma artificial. Ponga sus 400 Brinells donde pueda verlos y nadie resultará herido. Y, por favor, no siga rimando con Al.
Un orgasmo?
Qué espantosa cantidad de chorradas he escrito antes.Pido disculpas a todos los afectados.
Este señor o señora Vieja Dama siempre con sus picardias
Coger un buen sitio en la última fila del autobús los días de colisión es toda una suerte. El impacto se visualiza en su totalidad antes de abandonarse ciegamente al estallido.
No se preocupe, Sr. Tarraque, todos escribimos muchas bobadas. Con perdón al que no las escriba.
Gracias, Pícara Vieja Dama, es usted muy comprensiva.
Sobrevivió para contarlo.
Siempre que me despierto estallan las preocupaciones y los disgustos.
Me senté al fondo. Llegaba el estallido.
Me ha recordado muchísimo a la película de Cronenberg, ya sabéis, Crash, aunque la motivación de esta Colisión no parezca coincidir, en principio, con las que obedecían aquellos desinhibidos personajes.
Los textos de Paco siempre conectan con los lenguajes de los cineastas más arriesgados y de mente más compleja.
Los suricatos otra vez.
¿Los suricatos? Necesito una prueba para certificar que se trata de los genuinos suricatos.
Son ellos, no lo dude: cuerpo alargado y mirada farolera.
Lo siento no es prueba suficiente.
Bueno, quizá los genuinos genuinos no sean...
Bueno, venga, vale, dejémoslo así.
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