jueves, 8 de junio de 2023

En los ascensores

Solicité mi entrada en la Comunidad el pasado 8 de marzo. Fue una decisión en exceso meditada ya que es del dominio público que estar en contacto con personas afectadas por el mismo padecimiento ayuda a mitigarlo. Nelson Villalobos fue mi primer confidente. Diría que fue mi primer buen amigo del grupo. Nos sinceramos. A él lo suyo comienza en el edificio Rosaleda donde viven sus padres. Un proceso similar al mío. Pulsa el llamador y, cuando el ascensor se detiene, le parece ver, a través del pequeño cristal situado en el centro de la puerta metálica, que algo se desmorona, que un cuerpo pesado cae al suelo. Abre con miedo, entra, y allí no hay nada, no encuentra el cadáver. Eso uno y otro día. Acaba por no visitar a sus progenitores. Pero luego situaciones parejas le van ocurriendo en otros ascensores de la gran urbe. A mí, por ahora, sólo me sucede en casa. He optado, pues, por subir andando hasta mi vivienda del sexto, lo que no es bueno para corazones viejos, según la cardióloga Rosita.

No hay comentarios: