Miller
Yo era, por esencia,
una contradicción,
fanático del sexo
y con vocación de
enamorado
buscaba en los muslos
heridas de sagapeno,
esa gomorresina
leonada, fluctuante
árbol de Navidad,
carestía,
Judío Errante,
también los Trópicos,
y no aprendía a
desatar las manos
aunque actuaba con un
grado tan leve de atrocidad
que extrañaba hasta
en Venado Tuerto.
Lascivo inválido,
colocaba la lengua seborreica
en el jardín sombrío,
por ignorancia,
también yo ignoraba
el origen, mi apéndice indiscreto
reproducido, por el
imbécil,
en la fuente de los
siete anfibios rechonchos,
mi primo imbécil,
enemigo
del lascivo inválido,
escoria
de una familia menor,
dirigida desde la torre
por Carrere tío
abuelo que, como Esón,
quiso envenenarme con
sangre de buey y,
al no conseguirlo,
rogó a mi padre que,
nuevo Learco,
me cazara como a un
venado tuerto.
Profesoras,
jóvenes rubicundas,
colegialas,
católicas
institutrices
ensartadas bajo el
olmo, tiempos
en que el mosquito
escritor
en la primavera
procaz
aún no lo barrenaba,
Cristo,
invocábamos a Cristo,
abría
las puertas del
Cielo, gozábamos,
ese lustro de
esplendor, unos años
de esplendor,
de lujuria, carnaval,
anarquía, libertad,
confundidos hoy por
hoy,
mancillados hoy por
hoy,
por la turba
tropical,
qué habrá más tonto,
Señor,
que un demócrata
convencido.
--
Libro de la confusión
Tusquets Editores
Colección Nuevos Textos Sagrados
Barcelona, 2019
6 comentarios:
Bonito albarelo.
Saludos
Mi padre los coleccionaba.
... qué habrá más tonto, Señor,
que un demócrata convencido
de que la poesía no sirve (par)a nada.
ANTIESPASMÓDICO
Anticipémonos
nutricios y naturales
tarugos y tenues
irritantes y balcucientes
enigmáticos
suscitadores de una rapidez
pugnaz y tozuda
arrancándose de cuajo
solar y calma
mutatis mutandis
óseos y epigramáticos
dadores del azar
ictiófagos
contumaces
ojalá.
El hongo que causa la grafiosis del olmo se contagia a través de un escarabajo, no de un mosquito, pero vale lo de mosquito escritor como licencia poética, por otro lado el poema es espléndido.
El caso del escarabajo, atribuido a la anomalía llamada escritor, tampoco sería un desacierto.
Publicar un comentario