Antonio Pérez Lasheras me preguntaba si me apetecería dar
una conferencia esta tarde. Y, antes de que pudiera contestar, Sandra Domecq
intervenía para decir que yo acababa de llegar de viaje, de participar en una
mesa redonda, y que necesitaba descansar. Alguien del público levantó la mano,
la conferencia habría acabado, y quiso saber si el nombre era "Sandra" o
"Sondra". Y pensé en Sondra Locke y lo poco agraciadas que
acostumbraban a ser las compañeras de Clint Eastwood, tanto en la pantalla como
en la vida real. Todo resultaba altamente deslavazado. Quizá no se tratara de
un sueño.
martes, 15 de enero de 2019
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9 comentarios:
Así, así, señor Ferrer Lerín
Sandra Bullock!!!!!!!!!!!
¿Qué habría "a cambio" de esa poca gracia?
Se necesita descansar, es parte del trabajo.
Qué gracia tienes, Lerín.
Recuerdo haber oído en mi infancia utilizar la expresión "cuál es su gracia" en vez de "cuál es su nombre".
Acabo de consultar "gracia" en el diccionario de la RAE y la acepción número 12 dice: "Nombre de pila".
"¿Cuál es su gracia?"
En efecto, yo también la escuché en mi infancia, allá al otro lado del charco.
Leí por ahí que un exégeta de Ferrer Lerín acuñó el término "caso" para este modelo de escritos.
Otro caso para el doctor Ferrer Lerín.
Novela futura.
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