El señor Marcos Lavernia de los Humedales, sastre, me envía
cuatro números de Boina negra, revista
paracaidista, el 5, el 8, el 11 y el 12, que cubren el periodo que va de
enero de 1961 a abril de 1962. Se trata, por lo tanto, de los albores de una
publicación que, hoy en día, nada tiene que ver con el carácter artesanal pero
entrañable de esas primeras entregas. Lo primero que sorprende al ojear estos
viejos números es constatar, a través de los anunciantes, la existencia de un
sector industrial y comercial que gira en torno al mundo del paracaidismo
militar: fabricantes de paracaídas como
H.I.C.E.S.A., C.I.M.S.A. y SANPERE; agencias de seguros especializadas
en siniestros paracaidísticos como Andalucía y Fénix Agrícola; y establecimientos
de restauración como el Mesón del Paracaidista Alonso, de Alcalá de Henares, y
el Mesón del Paracaidista Juan Garavote, del Cuartel de las Rehoyas de Las
Palmas de Gran Canaria. Los artículos gravitan sobre cuestiones militares y, a
menudo, proceden de otras publicaciones; se pueden citar “¿Por qué ganaríamos
una guerra nuclear?”, “Yo he pilotado un carro de asalto”, “La unión soviética
es vulnerable”, “Los héroes creen en Dios”, “Fabiola y Kruschef”, “Un twist
para una niña estupenda”, “Política y ejército”, “La mujer, esa maravilla”, “La
cretinez, enfermedad feliz” y “Brillantino, héroe, pillín y ladino”. Sin
embargo, hay un artículo que destaca sobre todos los demás, el titulado
“Misioneros paracaidistas” del que, a continuación, ofrecemos un extracto:
‘Recientemente, dos misioneros capuchinos españoles del Vicariado Apostólico de
Machique se han lanzado con paracaídas desde un avión y han descendido sobre el
territorio, hasta ahora inaccesible, en el cual viven los indios motilones. La
peligrosa empresa de estos dos misioneros puede poner fin a la impenetrabilidad
de dicha región, debida a la ferocidad de los motilones (...) los dos
misioneros sabían que el intento podía costarles la vida (...) los primeros
instantes han sido tremendos, pero los indios, no han hecho uso ni de hachas ni
de flechas (...) Este original y moderno encuentro entre los misioneros y los
indios motilones se venía preparando desde hacía varios años. A finales de 1945
la Misión llevaba a cabo con regularidad vuelos sobre dicha zona, para arrojar
en determinados puntos del territorio, paquetes de víveres, indumentarias,
utensilios, objetos de bisutería y también fotografías de misioneros. De esta
forma, La Misión de Machique ha afrontado con moderna estrategia el problema de
la evangelización de los indios motilones, los cuales se calcula sean en total
de 2.500 a 3.000 almas.’
lunes, 14 de mayo de 2012
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13 comentarios:
los Motilones? no eran aquellos que se tocaban los c......?
perdon, perdón, he mirado en google y los indios motilones... existen
Los dos intrépidos chevaliers que valientemente se abrieron paso a golpe de machete entre una espesa vegetación agreste y un potaje de lianas montaraces echaron honda raíz en territorio motilón. Hoy en día, el único miembro superviviente de la minusvalorada expedición lleva una plácida vida en tanto comandante en jefe supremo de una empresa indígena incrustada mediante hábil camuflaje en el operativo gubernamental de un país cuyo nombre preferimos omitir. En su despacho ejecutivo conserva como recuerdo indeleble de la proeza llevada a cabo con su finado compañero la sagrada reliquia del santo paracaídas desplegado en toda su extensión y alojado en los brazos de la inmensa lámpara de techo , atenuando la excesiva claridad producida por las bombillas de bajo consumo alojadas en el vientre de la gigantesca y colgante araña, posibilitando así con esta artimaña mnemotécnica , la creación de una atmósfera mortecina inyectora de menor resolución y mayor concentración en el turbio caldo de ideas, excelente toque final para completar el suculento contenido del puchero donde cuecen y hieven los grandes negocios y acuerdos que se establecen entre ciertas grandes potencias mundiales, bajo las cuerdas ya raídas de lo que una vez fue el primer ingenio civilizado que holló por vez primera, al fin, suelo motilón.
Me pido "Un Twist para una niña estupenda"
¡Kruschef!
Sr. Ferrer Lerin. No se si se da cuenta de que sus entradas despiertan más o menos interés dependiendo de la extensión. Esta es demasiado larga y las muy cortas tampoco tienen muchos comentarios.
¿Quién vigila al vigilante?
El bigilante.
Me llama mucho la atención que la conquista evangélica de territorio motilón se narre en pasado perfecto, como si hubiese sido retransmitido casi en vivo, lo que resulta dudoso. Sería interesante saber si aquellos conquistadores lograron salir de allí, el acceso se hizo en paracaídas debido al parecer a la inaccesibilidad...
El estilo de la narración de la anécdota —los primeros instantes han sido tremendos, pero los indios, no han hecho uso ni de hachas ni de flechas (...)— me recuerda un poco a Gomaespuma. Una vez retransmitieron por radio "en directo" una invasión extraterrestre, bastante diferente a aquella otra mítica, y se decía algo parecido a: los extraterrestres se han comportado bien en todo momento, han sido muy correctos y han asistido a misa de ocho (¡qué motilones, oiga!).
Señor Perpetuum yo había pensado lo mismo si esos abnegados propagadores de la Verdad habrían podido salir de la selva de los motilones
Creo, Sra. Anónima, que estará de acuerdo conmigo en que el invento del paracaídas está solo desarrollado a medias. La caída está asegurada, pero convendría que el artilugio tuviese un cartucho retropropulsor de elevación , utilizando la campana en sentido inverso.
No obstante, si los indios motilones (se tocasen o no los...) eran de la estirpe de los pinzones, es decir unos "marineros", seguro que todos fueron felices y comieron algo parecido a las Coturnix.
¿Teoría invalidada?
Se fueron con Colón, que era otro...marinero. Y además, se fueron también a Calcuta, en busca de la gran...ruta.
Y asínn.
Qué risa, pordios.
Ayer voy al hospital por un intento de suicidio y me dicen que "ayude a alguien" y que "tengo mucha suerte de tener una familia", que "hay personas que no la tienen". Me parto. Disculpen, necesitaba contarlo.
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