jueves, 3 de mayo de 2012

No es metáfora, ni ironía


Utilizaba la punta del bastón para aplastar las jóvenes culebras bastardas –Malpolon monspessulanus- contra el fondo de los agujeros de la pared de cemento cuando asomaban sus cabezas. Un lugar, el Camino de Eléctricas, del que ya he hablado en otras ocasiones, en el que era posible disfrutar de la presencia de numerosas especies de aves y reptiles, mancillado por la actuación de un tipejo que, pese a los avisos y, después, amenazas, no modificaba su comportamiento llevado por una aversión irredenta hacia las serpientes. Hubo que neutralizarlo. Y a partir de ese momento la nutrida población de lagartijas ibéricas –Lacerta hispanica- que correteaba por la pared de cemento quedó notablemente disminuida: la viabilidad de la población de ofidios supuso un aumento en la depredación de lacértidos y este cambio condujo a algunos de mis compañeros, simpatizantes de las lagartijas, a lamentar la intervención. Les hice ver, para tranquilizarlos, que por encima de todo, estaba el bien social conseguido al suprimir a quien no tenía la más mínima ética ambiental.      

5 comentarios:

Anónimo dijo...

tal energumeno tenía la misma conciencia ambiental que nuesto Ministro de Medio Ambiente.

Perpetuum dijo...

¿Neutralizarlo?

¿Quiere decir trasladarlo al mirador de esa comarcal a 720 ms de altitud, donde las obras públicas?

Francesc Cornadó dijo...

Está claro que no es metáfora ni ironía, es un proceder completamente racional, lo que haría cualquier persona que tuviera un mínimo de sentido común.
Salud
Francesc Cornadó

Anónimo dijo...

El título es irónico. Y el texto es, inevitablemente, metafórico.

Anónimo dijo...

¡Qué fuerte!