Me gusta llegarme hasta la
huerta Dumbo. Dejo el coche en el inicio del camino del Gas y, andando,
chano chano, recorro el valle observando las aves, las lagartijas y las
perspicaces avispas canario. Dejo atrás la planta depuradora de aguas
residuales, también el puente de Guaso y, a unos doscientos metros, tengo ya
ante mí la mole de piedra de la casa, los corrales hechos de traviesas y los
geométricos campetes de la huerta Dumbo, la mayor y quizá la más antigua de
las que se asientan en las márgenes del río. Me coloco entonces tras los chopos
que flanquean la verja que cierra el acceso a la finca, extraigo el fusil de la
arqueta de riego y disparo al hombre enfundado en un mono azul celeste que
siempre se mueve, con total parsimonia, entre montones de estiércol. Nunca
debo de acertar o es que son varios los que trajinan este apreciado abono
orgánico.
martes, 17 de enero de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
6 comentarios:
El disparo es certero.
Firma:
cadáver.
También puede ser que cuando abate usted a uno, los de la huerta Dumbo, ponen rápidamente a otro. O son clones. O quizás, lo ha soñado usted en una de estas noches de frío...o quizás...o quizás...
Estas son las historias que me gustan de usted porque le salen muy bien. Le felicito otra vez.
Para Yo soy esa. Gracias a su comentario he comprobado que era mejor “La huerta Dumbo” que “La huerta de Dumbo” pese a que en la zona se acostumbra a incluir la preposición para así señalar la pertenencia. Una de las utilidades del blog: mejorar los textos al verlos en pantalla el autor... y los atentos comentaristas.
La verdad es que "La huerta DE Dumbo" era más simpático, más infantil, casi como si anunciara un parque tematíco estilo Disney. Pero el tema de los muertos, los disparos y el cadáver de Is (Si fuera creyente diría "Dios no lo quiera) pero como no lo soy lo digo sin el dios.)Bueno, que digo que con tanta carnaza ensangrentada, pensar en el elefantito orejón, quedaba mal.
La historia es que hubo una tienda de ropa infantil con un rótulo de madera en el que aparecía el nombre Dumbo superpuesto a la imagen del elefantito orejudo. Todavía hoy los descendientes de la familia propietaria son conocidos como "los Dumbo"; incluso llegué a oír afirmar a una persona, sin duda desconocedora de la existencia de Disney, que Dumbo era el apellido.
Publicar un comentario