jueves, 14 de octubre de 2010

Débil una noche

Sólo una vez se reveló humano. En una cena en el Casino Principal, la cena del viernes que antecedía la gran partida semanal de póquer, una pequeña gota de sudor perló su frente. Un tal Sigalas, Sigalas pequeño, carpintero, hermano de Sigalas mayor, enterrador, se atrevió a decir en voz alta, aunque sin mirarle, fruto de la generosa ingesta de Cariñena, un pretendidamente jocoso “¡Lerín, eres humano!”. Lerín sufrió con esa puya y, de hecho, aquella noche no quiso jugar, convencido de que la muestra de debilidad descubierta por Sigalas iba a obrar en su contra. Lerín había dejado de ir de cuerpo a los cuarenta, y a los cincuenta había dejado de orinar. No admitía excretas. Antes de que lo fueran, las neuronas las quemaban.

15 comentarios:

La Vieja Dama dijo...

Un favor a mis coblogueros: Han leído "Níquel" del insigne autor? Y...?

Este texto me lo ha recordado.

Anónimo dijo...

Señora ¿que pregunta es esa?

La Vieja Dama dijo...

Sr. Anónimo: me refería a la novela Níquel, fantásticamente escrita por el autor de este blog, Don Francisco Ferrer Lerín. Quería saber sus opiniones al respecto. Y, además, les indicaba en mi entrada de 14-10-2010, que el texto del Sr Lerín,me había hecho evocar dicha lectura.

Esperando haber respondido a su pregunta. Suya afma. La Vieja Dama.

Anónimo dijo...

Por favor, don Paco, no sea usted tan modesto. Usted ha formado parte de la humanidad más de alguna vez... Ande, confiéselo...

Ferrer Lerín dijo...

Bueno, la modestia residiría en la aceptación de esa humanidad. En cualquier caso parece que usted conoce alguna episodio humanitario de mi biografía; ¿de naturaleza lúbrica?

Anónimo dijo...

Como bien sabe usted, la humanidad ha trabajado y se ha visto impelida siempre bajo el principio de la lubricidad. Pero no, no conozco ningún episodio de sus, al parecer, afamadas incursiones en esos aromas, turgencias y arrebatos.

Por cierto, no soy el Anónimo que aquí le pregunta a una señora que qué pregunta es ésa... Soy otro anónimo, no sé cuál ni importa.

Ferrer Lerín dijo...

Bien, bien, un universo anónimo, sin duda.

"Una señora" dijo...

No quería escribir nada porque nada sé de esos aviones (y de tantísimas otras cosas...) pero no quiero dejar de expresar mi sorpresa porque un "anónimo" diga que no es "ese" anónimo, sino "otro". O se permanece en el anonimato o no se permanece.

Es una opinión más, claro...

Don Francisco, un saludo desde la estepa.

Joven Iste, Don Cars, hace mucho que no se manifiestan!!

Anónimo dijo...

Señora y Vieja dama, así como usted parece tener doble nombre, reconozco que mi anonimato es un vértigo y quería diferenciarme, pobre y pedante de mí, de aquel otro Anónimo -nótese que a éste lo puse en mayúscula-. Sólo eso, una debilidad que, espero, a usted no le parezca imperdonable.

Anónimo aquel dijo...

Perdón, don Paco, de universo nada, apenas un laguito, quizá un charco.

Suyos

La Vieja Dama dijo...

Vertiginoso anónimo: reciba mis disculpas. Sólo me lancé a expresar algo que me había impactado. Todos somos tan débiles...

Por cierto, mezclé la entrada del avioncito con esta.

Omilakin dijo...

Estimada Vieja Dama, dícese que en mezclar está el arte y la esencia biológica de la vida misma; sin embargo, es de notar (por favor, perdonadme, un poco de panfleto no va mal de vez en...) que cada vez haya más grisáceos especímenes que insisten en detenerse en una imposible pureza... En su caso se trata sólo de una confusión en las entradas a estos comentarios (¿otro panal de la misma colmena?) y, más que una confusión, diría yo que más bien se trata de un acierto en la diferencia de los túneles y panales; pero tengamos fe o convicción..., lo queramos o no, nos alimenta e ilumina la misma miel.

Suyos, los Anónimos en Vértigo

Ironogam dijo...

Su texto tiene algo de nouvelle noir. La escena parece transcurrir en un momento de solaz, entre asalto y asalto.

La Vieja Dama dijo...

Omilakin, siempre que sea la misma miel y no la misma hiel, perfecto!!

Omilakin dijo...

Para la Vieja Dama

Por supuesto,
no lo dude:
nunca hiel,
siempre
Miel.