Una historia anémica en intriga cuyo sujeto pudiera ser:
1-
Abiego, nombre de una población oscense que quizá no se
corresponda en urbanismo y empaque con la aquí descrita.
2-
La dificultad para salir de un enclave cuyo acceso ha sido
fácil.
3-
La pasajera Juto.
1. Abiego es una ciudad lineal, construida de foma sólida a
lo largo de una amplia calle algo sinuosa. Jalonada por suntuosos edificios, la
mayoría en ruina, entre los que destaca un elevado número de grandes teatros,
no goza del favor de las gentes o al menos son muy pocas las personas humanas
que recorren la avenida. En el bar de la bolera me aborda un caballero
endomingado que pregunta, sin excesivo entusiasmo, por el motivo de mi visita a
la localidad y yo respondo, casi justificándome, que después de más de cuarenta
años viajando por la carretera general es lógico desviarse algún día para ver
qué es Abiego.
2. Un primer intento de salida resulta infructuoso; he
creído que la avenida iba a rodear el casco urbano para llevarme a la autopista
pero no es así; la avenida acaba de golpe, enfrentada a unos roquedos rojizos
coronados por olivos. Doy la vuelta y me dirijo a su otro extremo con el
convencimiento de que por allí había entrado, pero tampoco acierto: la avenida
se estrecha cuando deja de estar flanqueada por casas hasta convertirse en un
camino carretero de gran pendiente que se precipita en una zona oscura de
árboles enanos. Retroceder marcha atrás me agota pero al fin alcanzo la parte
civilizada de la vía y, aprovechando su gran anchura, doy de nuevo la vuelta
hasta encontrar, gracias a una breve calle perpendicular, el empalme con la
rotonda. Allí, rozo con el guardabarros delantero derecho la parte trasera de
un camión de reparto de inválidos, que no se detiene, y quedo preocupado por si
el seguro cubrirá los desperfectos de mi coche.
3. Me besa Juto en la mejilla para tranquilizarme por el
percance automovilístico, al tiempo que reparo en sus pantalones cortos muy
ceñidos que resaltan sus piernas rosadas nacidas de unos botines de goma
recauchutada negra. Amo a Juto en ese instante, aunque ignoro qué relación es
la nuestra.
6 comentarios:
3 - Natura naturans naturata
2 - Minotauro desnaturalizado; pendiente robusta embiste accede con vespino. Dédalo, Ícaro y los desperfectos onerosos.
1 - Roma y labriego lateral. Sima en el cristal
No se llaman pantalones cortos señor Lerín, son minishorts, al día...
La estructura de "Liso" pero amorosa
¿Abiego? Realmente se nota que nunca ha estado.
Recónditos lugares de transhumantes caminos.
Perdidos parajes de sueños prohibidos.
Bares, boleras, olivos,...
Recuerdos fugaces.
Olvidos.
Bermudas, con perdón
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