sábado, 30 de diciembre de 2023

viernes, 29 de diciembre de 2023

lunes, 18 de diciembre de 2023

miércoles, 29 de noviembre de 2023

La Biblioteca de Francisco Ferrer Lerín
















































Revista El Ciervo

Número 802, noviembre - diciembre 2023

martes, 28 de noviembre de 2023

jueves, 9 de noviembre de 2023

Actrices 17

 























Cailee Spaeny

Una cuestión de género (Mimi Leder, 2018)

lunes, 6 de noviembre de 2023

domingo, 5 de noviembre de 2023

Lectores de Ferrer Lerín 127

 

Lo que más me gusta de Francisco Ferrer Lerín es que en sus libros se da cita una multiplicidad de técnicas y de estilos, y no se puede hablar en su caso de eso que muchos poetas llaman "la voz" y que se supone que hay que buscar hasta encontrarla y una vez que se encuentra, quedarse ahí y no moverse mucho para no desconcertar. No: en los libros de Ferrer Lerín hay lírica, narrativa, verso libre, clasicista, prosa, discurso irracionalista y también prosaico, imaginería visionaria, culturalista y socialrealista... Esto es ser, en todo el sentido de la palabra, un autor experimental.


Javier Manzano Franco

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06.11.23

viernes, 27 de octubre de 2023

Lectores de Ferrer Lerín 125

 Sigan las visitas.

(Registradas en 30 minutos)




miércoles, 25 de octubre de 2023

Lectores de Ferrer Lerín 124

Me dice Ángel Luis Fernández Recuero, editor de las revistas Jot Down y Mercurio:

"Te adjunto una captura de pantalla donde se ve que en este momento hay 540 personas leyendo simultáneamente la entrevista. Durante dos o tres días, seguro que te llegan comentarios sobre la misma de tu cohorte de hermeneutas. Está siendo todo un éxito."




sábado, 21 de octubre de 2023

Manual para enormes viajeros

 

Manual para enormes viajeros


¿Está ahí Walt Whitman acodado tras la grandeza de la tundra?

Escarabajos como caballos se apacientan entre nosotros

porque nosotros somos los hombres negros de hirsuta piel

y Marta Fuembuena nos guía.

Pastora divina de oscura casaca

nos guía gracias a un manual hecho de hojarasca

y huesos calcinados en el sol de los ajusticiados

Fuembuena resuena en la oquedad de máximo dolor

produce energía del compás de la tierra

y del siglo

y de los siglos venideros.


Grandland es una muchacha

y no un páramo descabalgado.

Qué gran profecía este libro

poemas que

y esto sorprende

pertenecen también a las islas antillanas de Saint John-Perse

y al Antiguo Testamento


Una historia primigenia

fundada en lo esencial

en el calor de los osos grises

en el retorno y en el futuro.

Analicemos este breve nombre

Marta

y alguien nos dice -Gutierre Tibón- que viene de “La Señora”

título de los títulos

enhiesta señora domeñando la llanura en la que fornican los dinosaurios.


Marta de nuevo

y ahora define al hombre aparentemente entretenido

la epopeya necesita también al héroe

pero es un hombre débil

aunque tenga consistencia

que parezca inalcanzable

el hombre-búnker de trapo

la falsía.


Curiosa y extensa coda auspiciada por Joaquín Araújo.

Lo telúrico.

El cataclismo.

La agonía.

El desengaño.

Y la sabiduría.

Gracias, Marta de buena madre. 


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Francisco Ferrer Lerín, marzo de 2023.

Poema-prólogo del libro Lengua geográfica de Marta Fuembuena Loscertales. 


jueves, 19 de octubre de 2023

Lectores de Ferrer Lerín 123

 

12.10.23


Hay gente que es feliz conociendo a un futbolista, otros se derriten si se fotografían con un cantante... Y los hay (estos son menos y a veces llevan su "cuenta") que se lucen si están al lado de un político nacional (me da igual su signo). Dejadme a mí y a unos cuantos que nos regocijemos en tener la oportunidad de aprender en vivo de uno de los escritores más singulares de nuestro tiempo: Francisco Ferrer Lerín. Pues, amén de haberlo leído con anterioridad y disfrutar la lectura, lo de escucharlo ayer noche en un amistoso encuentro con nuestro amigo Pepe Calabrús, fue un festín intelectual.

Las ideas claras, el invitado distinguido, la sinceridad sin fisuras, la dicción clásica, con un leve acento aragonés y la inteligencia jugando con soltura, mientras la memoria le asistía sin lapsus ni titubeos, compartiendo sabrosas anécdotas, elegante y señorialmente despachando las ingratas remembranzas y celebrando con gratitud los frutos de una vida entre la ciencia ornitológica y la escritura, una vida que adquiere proporciones legendarias en la defensa de la fauna de nuestros cielos y campos ibéricos. Ferrer Lerín en estado de gracia. Las preguntas que el público le hacía por nuestro paisaje local me traía a las mientes un topónimo de nuestros predios -que le será tan grato al autor- como "Buitreras", se le pedía consejo para fomentar Torredonjimeno (claro, era el alcalde, Enrique Castro, quien lanzaba esa carta; siempre trabajando) y una pregunta le permitía al escritor recordar con cariño y gracejo a Leopoldo María Panero.

La velada de ayer con Ferrer Lerín fue para el público una epifanía, pues este autor, nacido en Barcelona, vivió tres años en Torredonjimeno, aquí tiene buena parte de su familia y, aunque haya paseado por nuestras calles, hasta ayer no lo conocimos muchos lugareños en su calidad humana que desprende un carisma que, en el mejor sentido, se llama "autoridad" -algo irresistible en una época en que los ignaros y memos están rampantes. Prueba de esa "auctoritas" es que observé que, al término de la velada, la mayoría se aproximó al escritor, todos queríamos hablar con él o escucharlo si hablaba con alguno, nos hubiera gustado seguir esa conversación que ayer se estableció: a unos por la literatura, a otros por el conservacionismo de la naturaleza, a otros por las artes plásticas... A todos por la cercanía y franqueza de quien tanto sabe de aves, de literatura y del póquer de la vida. Creo que en nuestro municipio no existe todavía oficialmente esa figura de "Hijo Ilustre y Adoptivo de Torredonjimeno", pues digo yo que habrá que inventarlo para que Ferrer Lerín sea el primero que reciba tal título.


Manuel Swintila Fernández

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viernes, 29 de septiembre de 2023

miércoles, 13 de septiembre de 2023

Lectores de Ferrer Lerín 122

 























Mariano Gistaín

La Columna

Heraldo de Aragón

13.09.23

sábado, 9 de septiembre de 2023

Anarene

 
























https://editorialrm.com/producto/anarene/


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EL POEMA DEL PERRO GLU GULAGUER


Este es el poema de los restos del perro Glu Gulaguer

ese perro malhadado que moriría un 16 de noviembre de 1964

en la población litoral barcelonesa de Vallgorguina

fruto del pánico, la estulticia y el rencor

de la familia Chías, sus propietarios,

pandilla venida del oeste, humanos de aluvión,

que idolatraban al poeta reseñado en el semanario Destino.


No hablar de huesos, no es recomendable,

un error fatal confundir la intención del que glosa,

un error confundir el esqueleto del perro Glu Gulaguer

con los huesos que ramonearía, trasladaría y enterraría

en la espesura del bosque mediterráneo

o quizá en las márgenes fangosas

de la multitud de arroyos.


Glu Gulaguer

el otro Glu Gulaguer vuelto a la realidad consuetudinaria

por la emisión, la noche del pasado sábado 31 de marzo,

en la 2 de Televisión Española,

de aquel sombrío relato La última película

The Last Picture Show

con Cybill Shepherd en estado de gracia

y otros actores entonces poco conocidos

entre ellos un rudo y varonil Clu Gulager.


Clu nombrado desde la cuna Clu

por su padre John Gulager actor de vaudeville

por el clu-clu del rojo pájaro

Red Bird nombrado en Oklahoma Clu-Clu

en Holdenville donde al nacer Clu Gulager

el dieciséis del once de mil novecientos veintiocho

varias avecillas clu-clu preparaban ya sus nidos

con huesos de hermanos clu-clu

fallecidos en el tórrido verano.


Anarene, 10/04/2007


-


Francisco Ferrer Lerín 

Fámulo 

Tusquets Editores 

2009


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https://www.planetadelibros.com/libro-famulo/89500


domingo, 27 de agosto de 2023

Edición en mosaico

 














Buena parte de la producción literaria de Francisco Ferrer Lerín.

Propiedad de Pedro José García Ruiz.

sábado, 15 de julio de 2023

Necrológica doble: Mondeño, Ginés Liébana

Murió “Mondeño”, Juan García Jiménez, (Puerto Real, Cádiz, 7 de enero de 1934 - Sanlúcar la Mayor, Sevilla, 5 de enero de 2023), torero y monje español, Fray Mondeño, a dos días de cumplir ochenta y nueve años. Quizá le faltara algo de picante; como dijo Antonio Díaz-Cañabate “lástima que no alargó más el brazo, lástima que perdió la confianza a la muerte”. Y aunque seguidor de Manolete y practicar un toreo interesante, nunca fue un figura. Eso sí, y esa es la razón de esta nota necrológica doble, formó parte de la Piara de Ginés Liébana, como Ana y Loyola de Palacio, Juan Pardo, Gloria Fuertes y Lucía Bosé.

Ginés Liébana Velasco (Torredonjimeno, Jaén, 2 de marzo de 1921 - Madrid, 31 de diciembre de 2022), pintor y escritor, último representante vivo del grupo Cántico, grupo gestado y radicado en Córdoba donde tenía Ginés otra Piara de la que nosotros, modestamente, formábamos parte. A Ginés Liébana, muy machista hablando, las mujeres lo adoraban. Tuvo varias amantes y luego se casó con una sobrina suya, madre de su hijo. Pero sus preferidas eran "las romeracas", es decir, las de ojos negrísimos, y "las pitiperras", es decir las adolescentes minifalderas con las que se iba los viernes y sábados de botellón, diciéndoles eso y otras lindezas sin ofenderlas jamás, pues las conquistaba con su bondad y simpatía. Ginés ha bebido vino con mi abuelo, con mi padre y tíos, con mi hermano y conmigo y con mis sobrinos. Sólo me queda decir una cosa en esta necrológica íntima y sentimental: iViva Torredonjimeno! Porque Ginés, como diría Pedrés, se coció en un puchero de Jaén.


José María Portillo Fabra

Córdoba, febrero 2023

domingo, 9 de julio de 2023

Acefalia




El caballo del cuadro “El conservador” (2005) de la artista visual brasileña Cinthia Marcelle (1974) parece haber perdido la cabeza, en sentido literal, por lo que se ha recurrido al viejo recurso del perizonium para evitar una desagradable visión, aunque en este caso se cubra el cuello y no las partes pudendas. Quizá la coincidencia, entre el color del paño y el del arcilloso terreno, no sea relevante, sólo importe la ausencia de la fundamental pieza anatómica.


domingo, 2 de julio de 2023

Casos raros 1

En mi paseo diario de dos quilómetros y medio, recomendado por el ginecólogo Adán Espuma, he visto, a corta distancia, lo que imposibilita el error, a un individuo, de raza blanca, también paseante, que no llevaba perro. Cuando iba a fotografiarlo se ha metido en un portal, quizá avergonzado.

jueves, 22 de junio de 2023

Proyecto ZX
















Proyecto ZX. Nota. Papur. Días Contados, edicioness. Barcelona. 2022. 

viernes, 9 de junio de 2023

Lectores de Ferrer Lerín 119

 























Laura Díaz Barrio entrevista, en Diario Jaén, a Joaquín Fabrellas sobre su ensayo "La condición radical. Aproximación a la producción lírica de Francisco Ferrer Lerín".

Diario Jaén, 7 de junio de 2023.

La condición radical. Libros del Innombrable. Zaragoza. 2023.

jueves, 8 de junio de 2023

En los ascensores

Solicité mi entrada en la Comunidad el pasado 8 de marzo. Fue una decisión en exceso meditada ya que es del dominio público que estar en contacto con personas afectadas por el mismo padecimiento ayuda a mitigarlo. Nelson Villalobos fue mi primer confidente. Diría que fue mi primer buen amigo del grupo. Nos sinceramos. A él lo suyo comienza en el edificio Rosaleda donde viven sus padres. Un proceso similar al mío. Pulsa el llamador y, cuando el ascensor se detiene, le parece ver, a través del pequeño cristal situado en el centro de la puerta metálica, que algo se desmorona, que un cuerpo pesado cae al suelo. Abre con miedo, entra, y allí no hay nada, no encuentra el cadáver. Eso uno y otro día. Acaba por no visitar a sus progenitores. Pero luego situaciones parejas le van ocurriendo en otros ascensores de la gran urbe. A mí, por ahora, sólo me sucede en casa. He optado, pues, por subir andando hasta mi vivienda del sexto, lo que no es bueno para corazones viejos, según la cardióloga Rosita.

domingo, 4 de junio de 2023

lunes, 22 de mayo de 2023

Lectores de Ferrer Lerín 117


 






















Reseña, a cargo de Joaquín Fabrellas, de "Casos completos. Ferrer Lerín", de Antonio Viñuales Sánchez. Ediciones Contrabando. 1921.

Reseña publicada en el Nº 102-103 de la revista Barcarola, mayo 2023.


jueves, 18 de mayo de 2023

viernes, 12 de mayo de 2023

Lectores de Ferrer Lerín 116

 

Mainer


“...Y hay reconocimientos tardíos, pero triunfales, lo fue en los años setenta el rescate de la obra de Juan Gil-Albert, que hoy, sin embargo, vuelve a estar tan injustamente preterido; lo ha sido en el último quinquenio la obra de Francisco Ferrer Lerín, voluntario errabundo del mundo de los novísimos...”


José-Carlos Mainer

Conferencia en la Fundación Caballero Bonald:

‘El canon y los pretendientes: formas y destinos de la marginación’


XIV Congreso. 24, 25 y 26 de octubre de 2012

“Sondeos en la literatura española. Heterodoxos y transgresores”


jueves, 11 de mayo de 2023

Lectores de Ferrer Lerín 115


LITERATURA CUÁNTICA

El Editor Nicanor

La charca literaria, 11,05,23


Denominar literatura cuántica a los microrrelatos (a los minicuentos, los relatos mínimos, las minificciones…) es una forma de aproximar la creación literaria a la dinámica de las partículas subatómicas que, según la física actual, a veces se comportan como ondas y, otras veces, como entidades compactas que ocupan un lugar en el espacio. Las ondas, a diferencia de las partículas, fluyen con velocidad definida y carecen de masa. Las partículas, en cambio, son sólidas y están ancladas en la realidad. Visto así, los microrrelatos a veces se aproximan a la poesía (fluyen como ondas, carecen de masa), aunque la solidez de sus argumentos los aproxima a la textura narrativa de la prosa (particularmente sólida). La discusión, pues, está servida. Solo cuando los microrrelatos se convierten en meras ocurrencias, pierden sus características definitorias y caen en el terreno del aforismo, la máxima, la opinión argumentada… que, como sabemos, pertenecen a otro tipo de construcciones literarias.

Para saber más, busco información en la introducción a la Antología del microrrelato español (1906-2011), donde Irene Andrés-Suárez, la antóloga, enumera los rasgos constitutivos de este cuarto género literario que no es la novela, ni la novela corta, ni el cuento. De un lado, al microrrelato se le exige brevedad; de otro, ha de contar una historia, esto es, ha de narrar algo que discurre en el tiempo, a través de un sujeto que hace u omite ciertas cosas, ha de evolucionar desde un estado inicial a otro final, ha de resultar coherente y estar bien articulado, de forma que el lector pueda establecer nexos causales entre el comienzo y el final de la narración. En otras palabras, al microrrelato se le exige narración y brevedad. Quizá pueda contener algún ramalazo lírico (parecer una onda), pero sin que eso lo convierta en poesía. El microrrelato ha de ser fundamentalmente prosa.

He aquí un ejemplo paradigmático de Carlos Edmundo de Ory: «Érase una vez una chiquilla que era muy blanca y se murió y fue más blanca todavía». 

La brevedad del microrrelato implica eludir información, mantener la historia entre el silencio y la escritura, entre lo dicho y lo no dicho, porque, como escribe la prologuista de nuestro libro: «En el microrrelato, lo que se silencia, lo que se sugiere y presupone tiene un peso mayor que lo que se dice o se muestra». ¿Hasta dónde puede el autor de microrrelatos encoger esa información? ¿Cabe exigir al microrrelato la concisión que hemos observado en el ejemplo de Edmundo de Ory? No es imprescindible. Un microrrelato podrá eludir información mientras mantenga la tensión de lo que explica y logre en el lector el efecto de condensación e intensidad que busca. El microrrelato necesita, pues, de un lector activo capaz de rellenar por su cuenta los vacíos de información propios del género. 

Ausencia de complejidad estructural, mínima caracterización de personajes, esquematismo espacial, condensación temporal y utilización de un lenguaje connotativo que ayude al lector a establecer conexiones que enriquezcan la historia. Esas son las cualidades formales que un microrrelato no puede obviar. Tales rasgos están presenten en muchos de los microrrelatos que aparecen en esta antología, una delicia que el buen conocedor no puede obviar. He aquí un ejemplo de Max Aub, perteneciente a sus Crímenes ejemplares, librito donde el autor transcribe supuestas declaraciones de asesinos resueltas en un plis plas: 

«Estábamos en el borde de la acera, esperando el paso. Los automóviles se seguían a toda marcha. El uno tras otro, pegados por sus luces. No tuve más que empujar un poquito. Llevábamos doce años de casados. No valía nada».

Las ausencias de información y la condensación a la que aludíamos más arriba son recursos formales que aumentan la intensidad del microrrelato. Es la traslación a la literatura de la exigencia menos es más que popularizó en sus reflexiones sobre el arte el neodadaísta Ad Reinhart: «Mientras más cosas contenga, cuanto más ocupada sea la obra de arte, peor será. Más es menos. Menos es más. El ojo es una amenaza para despejar la vista. Desnudarse es obsceno. El arte comienza con la eliminación de la naturaleza».

La lista de practicantes del microrrelato español que aparecen en esta antología es larga y surtida: desde los inicios del género (Juan Ramón Jiménez, Ramón Gómez de la Serna, José Moreno Villa o García Lorca) a señoras y señores consagrados en otros géneros que también practicaron esta actividad (Pío Baroja, Ana María Matute, Ignacio Aldecoa, Luis Mateo Díez); desde algunos clásicos del postismo (Francisco Arrabal o Antonio Beneyto, entre otros) a gente próxima que estuvo a un tris de colaborar en La Charca (Javier Tomeo) o que todavía colabora con nosotros (Albert Tugues). Solo echo en falta la presencia en este libro del contundente Francisco Ferrer Lerín, uno de cuyos microrrelatos publicados en La Charca es este, titulado La casa, y que reproducimos a continuación: 

«Regresé a los treinta años de mi muerte. La casa, vieja, sin aquella mano de pintura que nunca pudimos dar; los libros sepultados por el polvo; los muebles, devorados por la carcoma. Ni rastro de los míos. Mi mujer, enterrada lejos, en el sur seco y amarillo. Mis dos hijos, a los que tanto quise, irremisiblemente borrados, sin pistas para saber qué habrá sido de ellos. Subo y bajo escaleras, cojo el ascensor, recorro el inmenso garaje, paseo por la acera, pero no conozco a nadie, no queda nadie de aquel tiempo. Y no puedo preguntar a esa gente extraña, porque no me oyen y, quizá, ni me ven. No debí volver». 

Moraleja

Considerando lo anterior, trate de guiarse en lo sucesivo por las normas siguientes:

—Si es usted uno de nuestros colaboradores, estudie, esfuércese y consiga comprimir sus historias para que no se alarguen más allá de lo estrictamente necesario. La Charca Literaria es un vehículo de creación y lectura que se consume en pocos minutos. Muchísima gente nos lee en sus desplazamientos en metro, entre estación y estación. O en la consulta del médico, entre paciente y paciente. Está comprobado.

—Si usted todavía no trabaja con nosotros y le gustaría hacerlo, tome ejemplo de Albert Tugues, Ferrer Lerín, Ana Grandal o Cristina Mirinda que, en pocas líneas, condensan narración, punto de vista y connotaciones varias para lograr con los mínimos recursos el mayor efecto. Solo entonces atrévase a dirigirse a nosotros, que tampoco tenemos demasiado tiempo para leernos sus mamotretos. Estamos en la era de la brevedad. ¿Lo entiende?

Lectores de Ferrer Lerín 114

 























Pato lector

Foto: Tobajas

martes, 9 de mayo de 2023

Lectores de Ferrer Lerín 113



Reseña de Poesía reunida, a cargo de Túa Blesa, publicada en la edición en papel de El Cultural, el cinco de mayo de 2023. Otra versión de la reseña, con el título La poesía inusitada del insurrecto Francisco Ferre Lerín: el placer del descubrimiento, se publica digitalizada el nueve de mayo: https://www.elespanol.com/el-cultural/letras/poesia/20230509/poesia-inusitada-insurrecto-francisco-ferrer-lerin-descubrimiento/761424215_0.html  


domingo, 7 de mayo de 2023

Lectores de Ferrer Lerín 112

Versión original de la entrevista de Nuria Azancot a Francisco Ferrer Lerín. Una versión resumida se publica en la edición en papel de la revista El Cultural del 5 de mayo de 2023.

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-Parece que es el raro oficial de nuestras letras: ¿no le cansa la etiqueta, o cree que le hace justicia, que se ha ganado ese apelativo a fuerza de no hacer concesiones ni plegarse a las modas? ¿De verdad se siente tan raro?

La necesidad de etiquetar es inherente a la condición humana y es un recurso que allana dificultades periodísticas a la hora de presentar a un tipo como yo cuya obra artística puede resultar compleja tal como se concluye en La condición radical (Libros del innombrable, 2023), un reciente estudio del profesor Joaquín Fabrellas sobre mi producción lírica. Desde luego sí me cansa esta etiqueta, que no creo que tenga que ver con la irreductibilidad, sino con mi tortuosa biografía. Pocos e ilusos serán los que piensen en la igualdad entre los hombres, que no vean la rareza con respecto al otro como inequívoca imagen de marca.

-¿Qué queda del joven poeta que en 1959 publicaba sus primeros versos en De las condiciones estáticas y evolutivas? ¿Cree que se reconocería en el poeta, en el hombre que hoy es? ¿Qué le aplaudiría más, y qué podría reprocharle?

En 1959 no me atrevía a reconocerme como poeta, un oficio que, por ejemplo, ocultaba ante cualquier miembro de mi convencional familia. Pero es que he de decir que incluso hoy me muestro en extremo reticente a aplicarme el término “poeta”, prefiero, sin duda, “escritor”, que cubre la poesía, la narrativa y el ensayo; y hecha esta consideración diré que aquel muchacho de 17 años aplaudiría al anciano de 81 su perseverancia regulada en la escritura, o sea que está bien seguir escribiendo pero dándose cuenta de qué se debe escribir, por ejemplo no más poesía, cuyos resultados, en mi caso, resultan ya repetitivos.

-Cómo explicaría su evolución poética a lo largo de estos más de 60 años, y su poética?

El temor de todo poeta ha de ser no repetir aquel poema que alguien calificó de genial, por lo que debería argumentar que he tratado siempre de distanciarme de aquel hito pero, ahora que lo pienso, mi evolución, si la ha habido, no ha obedecido a un programa, ha sido fruto del azar, de las malas compañías y de algunos filmes americanos. En cuanto a “poética”, si la consideramos una declaración de principios, reconozco una infancia encantadoramente burguesa, una habilidad innata para la fabulación y la gramática, algunas acertadas influencias literarias y visuales, y la suerte de gozar de tan buena salud que he podido ir enterrando a mis competidores.

-¿Cuáles han sido o son sus momentos más importantes y sus puntos de inflexión?

Si estamos hablando de mi carrera literaria, el Premio Nacional de la Crítica, por su limpieza, ha sido el galardón que más he apreciado. Los puntos de inflexión se sitúan en 1971 cuando dejo de escribir literatura y, en 2004, cuando vuelvo a hacerlo.

-A estas alturas del camino, ¿qué es para usted la poesía?

“Poesía”, como “Arte”, son conceptos escurridizos. Quizá la poesía sea el deslizamiento de la palabra sobre unos ejes lábiles que permiten aflorar nuevos contenidos, significados que se nos ocultaban o que creamos.

-¿Su evolución hacia la novela y el ensayo fabulador fue algo necesario? ¿Por qué y en qué medida le transformó como creador?

Los modelos se agotan y, el género poético, estoy hablando de mí, llevaba ya un tiempo haciendo aguas, había entrado en un callejón sin salida en el que los ejemplos resultaban intercambiables; lo cual no significaba que se tratara de productos de baja calidad, pero no me producían la satisfacción suficiente, la que debe buscar siempre un creador. El uso de un blog, luego han sido dos, conformó el relato breve como paradigma de lo más agradecido de mi producción; textos circulares, a menudo caminando sobre ese terreno denominado “argumento débil”, más o menos apoyados en la vida misma, resultaron un experimento de éxito. La hagiografía Familias como la mía (Tusquets, 2011) no deja de ser un encadenamiento de microrrelatos; siempre he sostenido que la tensión de un poema, debida a la brevedad, puede mantenerse en un relato pero es casi imposible en una novela ininterrumpida.

-¿Qué son los “Casos”, esas piezas breves que tan características son de su obra, su estética y su pensamiento?

Antonio Viñuales Sánchez es un joven y brillante profesor universitario cuya tesis doctoral sobre mi obra se mantiene en suspenso, pero que publicó el ensayo Casos Completos. Francisco Ferrer Lerín (Ediciones Contrabando, 2021) en el que selecciona, introduce y epiloga unos artefactos de mi autoría que ‘se caracterizan por ser la narración de un suceso inusitado o extraordinario del pasado reciente que rompe con una norma’.

-Sé que se lo preguntan a menudo, pero ¿dónde se siente más cómodo, en el disparate o en la erudición?

Borges es mi maestro y he intentado imitarlo con desigual fortuna. El manejo ventajoso de la erudición es mi asignatura pendiente (también la de todos los seguidores del Gran Ciego) y, pese a que lo intento a menudo, sólo con el apoyo del humor y/o del absurdo logro, a veces, salir airoso.

-Durante treinta y tres años no escribió nada. ¿Cómo recuerda y valora hoy ese periodo, para qué le sirvieron esas tres décadas “permanentemente en la cuerda floja”?

Es recomendable ejercer empleos, incluso altamente alejados del empleo literario, para disponer de un notable caudal léxico y unos conocimientos especializados; así es posible lograr certeras descripciones. Esos treinta y tres años, en los que sí escribí informes periciales y científicos, supusieron el almacenaje suficiente para describir con tino la llegada al nido, situado en un cantil de material conglomerado, del macho de buitre leonado (Gyps fulvus), su grito, y la cópula acertada (aquí me extendería sobre la igual morfología de ambos sexos que dificulta al macho en celo saber qué sexo es el del otro individuo).

-Volviendo al libro, ¿también en sus poemas son elementos imprescindibles la transgresión y el humor?

Recuerdo en mis tiempos de la Facultad de Letras a un atildado condiscípulo, hoy preclaro ejemplo de corrección, disciplina y ortodoxia poéticas, que me entrevistó para una publicación ciclostilada que él dirigía. Muy exaltado criticó con dureza que utilizara el humor en mis escritos, en concreto se refería al texto, publicado en Papeles de Son Armadans, “Rinola Cornejo y el Estrangulador de Boston”. Dijo que no le cabía en la cabeza el tono irónico, casi sarcástico, del que yo hacía gala.

-¿Qué importancia tiene en su obra como poeta Saint John Perse?

Me hizo ver que existía otra forma de escribir poesía, incluso diría que de escribir en general. Su ‘poesía del inventario’ marcó mi escritura y mi vida.

-¿Qué otros poetas han sido decisivos para usted? Y en qué le han influido?

No soy un gran lector, soy quizá en exceso exigente, me cuesta tener un libro en las manos sin que se me resbale. No puedo hablar de autores, ni siquiera de libros, pero hay cosas sueltas aquí y allá, de, por ejemplo, Rubén Darío, Juan Ramón, el Siglo de Oro, Claudio Rodríguez, Gamoneda, que me producen escalofríos y, desde luego, admiración.

-El primer verso de su primer libro reza: “Que engaño al mundo”… Parafraseando a Pessoa, ¿el poeta es un engañador?

La poesía, en lo que conozco, no se sustenta apenas en la autobiografía, todo, por lo tanto, es pura invención o, a lo sumo, realidad impostada.

-¿En qué y por qué o quién se ha sentido más defraudado?

El compromiso político no debería transcurrir paralelo a la poesía, al menos a la poesía escrita; movimientos como la generación del 50, con gran potencial en varios de sus componentes, se malogra, creo, por esa politización tan elocuente.

-Son, siguen siendo quizás, estos versos su mejor retrato: “No es el temor lo que mueve a los caminantes no es tampoco la sutil lluvia de los invernaderos sólo es y lo tengo comprobado el amor por los pájaros”. Sin su pasión por las aves, ¿hubiese sido poeta, o al menos, otro poeta?

No es exacto hablar de ‘mi pasión por las aves’ sin puntualizar ‘por las aves necrófagas’. En cualquier caso mi adscripción a la causa ornítica es muy posterior a mi adscripción a la causa poética. Lo que sí es cierto es que mi interés por la naturaleza, diría que por el conservacionismo, me acompaña desde mi más tierna infancia.

-El libro muestra hasta que punto ha sido un adelantado: fue novísimo antes de que existieran como grupo, se adelantó a la poesía social, y quizá por eso hoy muchos jóvenes poetas se consideran sus discípulos: ¿se entiende mejor con ellos que con los de su propia generación?

Lo de que me adelanté a la poesía social no lo entiendo bien; precisamente mis primeros versos, y los de algunos poetas coetáneos, supusieron, y esto está aceptado de modo general, la ruptura con aquél género poético. Tampoco el concepto ‘generación’ puedo aceptarlo del todo; Pedro Gimferrer, Félix de Azúa y Leopoldo María Panero, los más próximos y los más famosos de los novísmos, tuvieron relación de amistad conmigo durante los años preliminares a la salida del manual de José María Castellet, pero nunca vi en ello el arranque de una generación, al menos por mi parte. Los poetas, los escritores, somos muy envidiosos; cuando premian a un escritor del sexo masculino, raza blanca y edad parecida a la mía, y el premio es suculento económicamente, no puedo conciliar el sueño durante varias noches. Lo digo porque la envidia se mitiga si el premiado es mucho más joven que yo y, hasta hace un tiempo, si era mucho más viejo (ahora ya no quedan).

-¿A qué jóvenes poetas lee, quiénes y por qué le interesan más?

Como ya he dicho antes no soy un gran lector, leo pero de manera muy selectiva. Es cierto que tengo personas de confianza que me asesoran, que me recomiendan títulos en especial de autores noveles, pero no me siento capaz de dar nombres.

-Aunque es de Barcelona, no escribe en catalán: ¿ha pagado muy caro no ser nacionalista?

En primer lugar quiero puntualizar algo. ‘Nacionalismo’, y esto es una obviedad, debe relacionarse con ‘Nación’, y ni Cataluña, Vascongadas y Galicia, por ejemplo, lo son ni lo han sido, por lo que en puridad deberíamos hablar de ‘Regionalismo’ (no olvidemos que el germen de Convergencia fue la Liga Regionalista y que la réplica aragonesa de Convergencia, el PAR, tenía este rótulo porque era el acrónimo de Partido Aragonés Regionalista). En segundo lugar decir que no escribo en catalán por el mismo motivo por el cual no escribo en aragonés, pese a que llevo muchos más años viviendo en esta región que en aquella, y espero que el motivo resulte claro: nunca he hablado en catalán. Hasta 1968 en que dejo Barcelona definitivamente (salvo un breve lapso alrededor de 1971) nadie entre las personas de mi edad, con las que me relaciono, lo hace, y no por ningún tipo de prohibición, mis padres y mis abuelos sí lo hablan, simplemente porque en aquel momento la opción catalana resultaba provinciana, poco distinguida, justamente lo contrario de lo que está sucediendo hoy. Ya digo me fui en 1968 y entonces no existía el problema, ahora quizá me obligarían a participar en una calsotada y a peregrinar a Monserrat.

-¿Es el nacionalismo el gran problema del siglo XXI?

El gran problema actual de la humanidad es el exceso de individuos que la componen, la imposibilidad de alimentar y ofrecer una vida digna a esas más de siete mil millones de personas, cifra que sigue aumentando, con la subsiguiente e inexorable degradación del planeta motivada por la explotación descontrolada de los recursos.

-¿Y el populismo (pienso en Putin, Trump, Maduro…)?

Eso son daños colaterales, secuelas de la explosión demográfica, de la desinformación generalizada, de la propiciada miseria material e intelectual del pueblo.

-¿Cómo ve el espectáculo preelectoral español, y a sus principales actores, los políticos?

Es inevitable volver a Borges y a su consideración de la democracia como un abuso de la aritmética. Fatiga ya incidir en lo de siempre, en lo absurdo de afirmaciones como ‘el pueblo es sabio’, ‘cada hombre un voto’, ‘que hablen las urnas’. Los llamados ‘políticos’, salidos de ese pueblo sabio, exacerban su nulidad moral y racional al convertirse en guías, en gobernantes.

-Usted que ha dedicado tantos años al estudio de las aves, ¿qué opina de la situación de Doñana, estamos hipotecando el porvenir en nombre de la economía presente, tan pocas miras tenemos?

Doñana fue una vez salvada de convertirse en una plantación de eucaliptos, pero siempre la espada de Damocles de la agricultura industrial ha estado gravitando sobre su cabeza. España no tiene en los gobiernos locales y regionales y, tampoco, en el gobierno nacional, miembros que destaquen por su sensibilidad ambiental pero, y esto es aún más grave, tampoco los tiene en la judicatura.

-¿Contra qué se rebela Ferrer Lerín hoy? ¿Se siente solo, no cree que los demás, en general, somos una sociedad demasiado sumisa y apesebrada?

La sociedad carece de curiosidad, curiosidad por saber qué significa su propio apellido, curiosidad por leer los créditos de las películas y libros, curiosidad por conocer los nombres de los animales y plantas que se hallan en los caminos, curiosidad por saber qué hay fuera de las ramplones fronteras que le han impuesto a su región (el otro día a un profesor de literatura de un instituto de enseñanza media catalán le preguntaron en un concurso de televisión si para ir de Madrid a Andalucía había que pasar por Somosierra o Despeñaperros y contestó, eso sí tras dudar un poco, que por Somosierra).