miércoles, 30 de junio de 2010

Errores vulgares

Robin Robbins señala que Realdo Colombo, en De re anatomica (1559), considera que el enrollarse y desenrollarse del prepucio durante el acto sexual produce un placer infinito del que las mujeres judías están privadas bajo la ley del Antiguo Testamento. Pero Robbins añade que el deseo de cópula de las mujeres judías con varones cristianos puede obedecer a simple esmegmafilia.

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Nota al capítulo “De los judíos”, del tratado Sobre errores vulgares o Pseudodoxia Epidemica (1646) de Thomas Browne, en el que se diserta sobre el supuesto hedor de dicha raza y su condición circuncisa. Utilizo la edición, abreviada y anotada, de Daniel Waissbein; Siruela, Madrid, 2005.

Try One




















Archivo Fran Ferrer

martes, 29 de junio de 2010

Hombres extraordinarios, 3

Escenario: en la calle, frente al portal, esperando a que salgan (que se vayan, que dejen el piso) para cobrarles. Gestos: saca la mano derecha del bolsillo del pantalón sujetando un fajo de billetes doblados por la mitad, liados o no con una goma y, cuando el inquilino paga, incorpora los nuevos billetes al fajo con un movimiento rápido y certero. Reflexión: parece que el sentido de arrendar no sea conseguir un beneficio económico sino permitirle actuar con maneras cinematográficas ejerciendo de cobrador, representando el papel archisabido del individuo frío, hosco, de mediana edad, mirada mortecina, que recauda para él o, casi siempre, para otro. Final del proceso: no necesita buscar, ha corrido la voz y le llueven ofertas por doquier; enfundado en un terno oscuro no raído pero sí con sospechosos lamparones, camisa arrugada de cuello blando, corbata anodina malamente anudada, se le puede ver entregado, blandiendo los billetes, agachando la cabeza al contarlos, en pleno trabajo, no ya para él, para todos los que tengan a bien encomendarle la tarea del cobro, sin comisión, complacido al ejercitar esa faena y no por presumir de la propiedad de un sinnúmero de inmuebles como apunta el malicioso ignorante de turno

domingo, 27 de junio de 2010

Hombres extraordinarios, 2

Imagen fundamental: Sánchez sale de casa todas las mañanas tras el desayuno, perfectamente caracterizado de alto ejecutivo, rumbo al trabajo inexistente; en qué ocupa esas horas de supuesta oficina y cómo consigue aportar a la unidad familiar el equivalente del sueldo son cuestiones secundarias como también lo es la imagen del regreso vespertino con signos de agotamiento y la enumeración de las vicisitudes diarias.

Sin embargo una de esos componentes secundarios deviene principal para un fortuito observador. Sánchez recorre a pie todos los días varios quilómetros por una solitaria carretera de montaña pero, sin que él lo sepa, esa vía rodea la base de un montículo desde el que realiza prospecciones naturalistas y meditaciones trascendentales un ornitólogo-escritor. No sabemos a donde se dirige el falso gerente ya que en un punto el camino traza una cerrada curva y su figura desaparece pero, con el buen tiempo, se le ve caminar con el torso al aire, guardadas en el attaché que balancea con notable ritmo la americana, la camisa y la corbata. Tampoco sabemos cuándo regresa, en el supuesto que lo haga por la misma ruta. La diaria peripecia del farsante, distorsionada por la soledad y la exigencia épica, ilumina al vate y le ayuda en la composición del poema “Octavio James 2” recogido en Fámulo que, a su vez, conforma la entrada http://ferrerlerin.blogspot.com/2008/12/la-carretera.html

Hombres extraordinarios, 1

“Kramer uses a bathroom in a office building and just begins working there.” (Epguides, sumario del episodio 137 de Seinfeld.) Cosmo Kramer se pone a trabajar en una empresa sin cobrar, sin estar contratado, sin que nadie se lo pida, con naturalidad, sin reflexión alguna, sin premeditación. Extraviado por los pasillos tras salir de los servicios, se añade al flujo de empleados que tras la hora del almuerzo van incorporándose a sus puestos. Como uno más entra en un despacho, se sienta ante una mesa y adquiere desde ese momentos los hábitos de cualquier ejecutivo. Le vemos trajeado, con una cartera bajo el brazo, madrugador, entregado, cumplidor, hasta que pasado un tiempo -¿unas semanas?- es llamado al orden por el jefe: no está contento con él, su rendimiento es catastrófico; Kramer sin inmutarse arguye que, realmente, lo que sucede, es que él no trabaja allí, y el jefe contesta, con total parsimonia, que él ya lo sabía.



Dejando aparte el chusco desenlace la historia es ejemplar. El personaje del impostor, del simulador, del intruso, tiene un gran arraigo social. Pero se trata, en general, de acciones “interesadas”: colarse en un cóctel, en una boda, en un espectáculo; cohabitar con la mujer de un hermano al abrigo de la oscuridad del dormitorio; incluso ocupar un puesto de trabajo de rango superior aprovechando una ausencia, como Melanie Griffith en Armas de mujer. Pero Kramer se mueve por simple mimetismo, desarrolla una labor de imitación de gestos, actitudes, atuendo, que lleva en sí misma la gratificación: una complacencia de índole actoral, de pura filigrana artística. Porque estamos hablando de una estirpe de hombres que nunca pensaron que el dinero pudiera llegar a través del trabajo, que no reconoce como lógica la relación causal entre empleo y salario (como no la hubo entre cópula y embarazo, para muchos de nuestros congéneres, hasta tiempos recientes).

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"Kramer", en la sección 'Facsímiles' de Papur.

jueves, 24 de junio de 2010

miércoles, 23 de junio de 2010

Iberia





















Las intensas lluvias de los últimos años han sacado a la luz parte de la muralla ibérica de Benzalá, la antigua Batora de los turdetanos, en Torredonjimeno (Jaén), al arrastrar la capa de tierra que la cubría.

Información y fotografía: Antonio Erena Camacho.

domingo, 20 de junio de 2010

A la deriva




























"Adrift" (2008). Julie Speed (Chicago, 1951).
Ver también la cubierta de The Oval Hour en
http://ferrerlerin.blogspot.com/2010/06/huso-horario.html

domingo, 13 de junio de 2010

Hallé la semimona





























Por fin. Tras varios meses de intensa búsqueda hallé la semimona. La que me acompañó durante décadas en ensoñaciones y desvaríos. No la semimona del profesor Eduardo sino la primera, la semimona de mi infancia, representada en un grabado de un manual sepultado por otros en el fondo de una caja situada en el almacén de la Gran Vía madrileña. ¡Qué libro! ¡Espléndido! Historia Natural Popular; Biblioteca Hispania; Editorial Ramón Sopena, S.A.; Provenza, 95; Barcelona; 1947. El autor Celso Arévalo: Catedrático de esta Enseñanza en el Instituto del Cardenal Cisneros, Jefe de Sección del Museo Nacional de Ciencias Naturales, Consejero de Caza y Pesca del Ministerio de Fomento. En la cubierta, en relieve, aparece una imagen a todo color de un tigre de Bengala; en la guarda mi nombre a lápiz, subrayado, en limpia caligrafía materna.

sábado, 12 de junio de 2010

Huso horario























La hora oval, Francisco Ferrer Lerín, Barcelona, 1971.
The Oval Hour, Kathleen Peirce, Iowa, 1999. (Premio William Carlos Williams, 2000)

viernes, 11 de junio de 2010

Moción bis

La traslación anónima o automática de muebles es un fenómeno conocido desde la antigüedad. Por lo que respecta a mi ámbito familiar recuerdo los fragores nocturnos consecuencia del arrastre de camas, cómodas o secreteres en el piso situado sobre el nuestro en la avenida José Antonio 688 de Barcelona. Mi padre llegó a hablar con un comisario de policía, paciente suyo, pero este no le dio importancia al asunto diciendo que era algo normal en la mayoría de casas de la derecha del ensanche. Ahora, y esto me preocupa grandemente, llevo unas semanas comprobando como se mueven muebles, en especial los más pesados, aquí en mi domicilio de Villaviciosa de Asturias. (“Sólo levantarme corro al salón a ver si hoy también... Creo que voy a enloquecer.”)

lunes, 7 de junio de 2010

Domicilios, 15






















Estas son “las dos casitas contiguas repletas de historias y orientadas de espalda al sol” de las que habla con pasión Milton Rosas en sus artículos dominicales. En una de ellas viviría la Sra. Loverdos (con mayor probabilidad en la primera, en la de fachada más clara) y sería a través de las persianas americanas ligeramente subidas, que condenan esos balcones bajos enrejados, por donde se verían ir y venir los inquietos cachorros de fox terrier cuando aún disponían de alimento gracias al cadáver de la anciana resbalada en la ducha al pisar el jabón de tocador, procedente del hotel Gran Vía de Barcelona, regalado por su sobrino Fran que en aquella época viajaba mucho.

viernes, 4 de junio de 2010

Detritos

"El cúmulo inmenso de basuras y cenizas de Battlebridge existía desde los tiempos de la epidemia de la peste negra y el gran incendio de Londres; una montaña de inmundicias que proporcionaba alimento a centenares de cerdos." (Edith Sitwell, Ingleses excéntricos). En 1972 descubrí en las afueras de la ciudad de Huesca, en la carretera que va al pueblo de Apiés, junto a un poblado de gitanos, un cúmulo notable de basuras en el que un cerdo sin patas, a la manera de una gran lombriz, hozaba ufano. [Por cierto, quizá ciertos chasquidos labiales humanos deriven de los chasquidos que se producen al pisar las galerías de las lombrices en los campos llovidos y ya resecos.]