lunes, 27 de agosto de 2018

Camareros



La proximidad entre los restaurantes del Paseo de la Playa permite que algunos camareros sirvan en más de una terraza. Quiero decir con esto que, por ejemplo, Marcos García Rondeño atiende a los clientes del Restaurante Pepitico y también a los del Restaurante La Brasa. 
Ayer, el gerente de La Brasa se dio cuenta de que un camarero, para él desconocido, servía, cobraba e ingresaba en caja los importes de las consumiciones de los clientes de las mesas de su terraza. Preguntó a Marcos y este le contestó que trabajaba en Pepitico y también en La Brasa.
Cuando el gerente de La Brasa habló con el gerente de Pepitico, este le dijo que venían observando al camarero desde hacía algún tiempo, ya que ellos no lo tenían contratado, pero que dada su profesionalidad y honradez prefirieron no investigar.    


viernes, 24 de agosto de 2018

Fresco enclave



He sido puntual y a las 12 del mediodía me he plantado frente al número 23 de la calle 7 de febrero de 1883 (fecha del inicio de la construcción del canal que traería agua corriente a la ciudad de Jaca). Esta calle, famosa por ser la más fría en invierno, es, lógicamente, la más fresca en verano y, tras laboriosas comprobaciones, he descubierto que es a la altura del número 23 donde se registran la temperatura y la brisa más agradables. Una compleja conjunción de elementos como la orientación (viento Norte dominante) y la poca radiación solar (configuración de los edificios), logra el milagro. Hoy además se ha añadido otro elemento de interés; la mujer de la limpieza de la escalera del número 21 ha echado, sobre la calzada, el agua sucia de fregar, lo que me ha permitido especular si, por la pendiente que tiene la calle, llegaría hasta la boca de la alcantarilla situada frente al número 29, lo que hubiera supuesto una carga para la depuradora, o bien, el agua sucia iba a quedar retenida entre los adoquines para finalmente evaporarse, circunstancia, que, por suerte, es la que se ha dado. Estando en esto, se ha sumado a la observación mi amigo el arquitecto Pepe Yzuel, con quien he realizado un minucioso seguimiento del flujo, al tiempo que me informaba de su pasión por los benditeros, de los que posee una nutrida colección que esperaba incrementar con uno de resina que dentro de un rato iban a entregarle unos especialistas portugueses. Mañana, sin falta, nos veremos de nuevo en este punto, para gozar del fresco, repasar las fotos del nuevo benditero, y verificar si se repite el vertido de aguas sucias de fregar, aunque esta vez iremos provistos de sillas, para mayor comodidad. 


miércoles, 22 de agosto de 2018

Murió El Genio


Ha muerto Eugenio Sanromán, a los 97 años. Figura indiscutible de los tapetes verdes de la ciudad pirenaica durante las décadas de los sesenta y setenta, dispuso de dos apodos, el primero, fácil, “El genio”, y el segundo, con resonancias cinematográficas, "El rey del póquer". Jamás discutió una jugada, jamás tuvo un gesto inapropiado, y si al finalizar la partida se levantaba perdiendo, cosa, que la verdad, no era demasiado frecuente, pronunciaba una frase algo rimbombante que no encajaba demasiado con su naturaleza obrera: “Caballeros, ha sido un honor". Ejemplo de jugador serio, riguroso, metódico, sólo pudo compararse a un tal Barral o Barrao, zaragozano, fabricante de juguetes de plástico, un tipo que resultaba antipático por su gesto seco, adusto, y que además se hacía acompañar por su hijo adolescente que, de pie, a su lado, daba la impresión de que estaba aprendiendo para labrarse un porvenir. Eugenio nunca probó bocado ni consumió alcohol en el transcurso de las partidas, a lo sumo, durante la canícula, en los días en que no corría ni una gota de aire, pedía una cerveza San Miguel, pero del tiempo, que no estuviera fría. En los ochenta se produjo un cambio, el póquer tradicional, “el tapado”, "el de las cinco cartas" fue barrido por un modelo nuevo, el llamado localmente "chiribito", el póquer sintético, mucho más violento y peligroso que el póquer tradicional. Lo introdujo un militar, de pasado africano, creyendo que, ante los ignorantes jugadores locales, la ventaja que le otorgaba su amplio conocimiento del mismo, le permitiría compensar las deudas que contraía jugando al bacarrá. Pero le salió el tiro por la culata, porque la gente aprende rápido. Y así las cosas, el chiribito se consolidó como juego preferido por todos los poqueristas, excepto por Eugenio Sanromán que, pese a seguir ganando, vio en el nuevo juego un factor excesivo de riesgo, y optó por el cambio de casino. Se fue al de los republicanos, a unas partidas broncas, donde apenas circulaba el dinero, pero que le permitían obtener un complemento a su paga de pensionista. Hubo jugadores, en los tiempos de esplendor, cuando El Genio dominaba el panorama, que venían de otras localidades para sentarse en la mesa, para presumir de haber jugado al póquer con un personaje tan popular, y entre esa gente también llegaron tramposos, descubiertos enseguida por El Genio, pero a los que nunca llamó la atención en público, temeroso de que un escándalo alterara el curso de las cosas, que la policía, que toleraba el póquer, se viera obligado a prohibirlo aunque fuera temporalmente. De El Genio se cuentan muchas historias, pero quizá la más divertida y, sobre todo, la más significativa, es la que hace referencia a la oferta que le hizo el capataz del taller donde trabajaba; a la sazón le invitó a prolongar una tarde la jornada laboral compensándole con algo de dinero, pero Eugenio contestó, tartamudeando, como le pasaba siempre en las ocasiones importantes, que ese día no podía... porque los brigadas acababan de cobrar.     

domingo, 19 de agosto de 2018

Esquina en Jafa

























Parte vieja de Jafa (Israel) antes de la restauración.

miércoles, 15 de agosto de 2018

L'oiseau

































L'oiseau.
Texte de Simonne Jacquemard.
Robert Delpire, éditeur à Paris. 1963.

domingo, 12 de agosto de 2018

Edgar Neville
















































Juan [Antonio] Ríos Carratalá (Ed.).
Universo Neville.
Instituto Municipal del Libro (Ayuntamiento de Málaga).
Colección Consulado del mar, 2.
Málaga. 2007.


jueves, 9 de agosto de 2018

Gálvez según Rivas
















































Francisco Rivas.
Reivindicación de Don Pedro Luis de Gálvez a través de sus úlceras, sables y sonetos.
Edición de Juan Bonilla.
Instituto Municipal del Libro (Ayuntamiento de Málaga) y Zut Ediciones.
Málaga. 2014.