domingo, 11 de marzo de 2012

Fractura e integridad

Uno de los textos más polémicos del libro Edad del insecto es el titulado “Poema de Seferis con tres versos incompletos por rotura de la cuartilla”. Se trata de la transcripción de una poesía mecanografiada en una cuartilla a la que le falta una esquina. El título, que remite a la totalidad del contenido de la página del libro, se presta a confusión ya que, visualmente, sirve también de título del poema, carente de este adminículo. Tampoco consta el nombre del traductor y el nombre de la fuente. Edad del insecto será publicado por Leteradura en otoño de 2013.

Como dice Jesús Martínez Clará, en La zona intermedia, ‘la fractura’ nos produce ‘un profundo malestar pues es cierto que tenemos una irresistible tendencia hacia lo unitario’. Quizá esta sea la razón por la que “Poema de Seferis con tres versos incompletos por rotura de la cuartilla” produce incomodidad en el lector, y la búsqueda de esta incomodidad sea el motivo de su inclusión en Edad del insecto, breviario provocador.

11 comentarios:

Jesús Martínez Clarà dijo...

cada vez que me nombras o aparezco en tu blog.me dá un subidón de adrenalina...por cierto,has visto el video que he colocado en el facebook sobre CDAN.Mallos y más Mallos...

Jacinto Haingfor dijo...

La unidad es una superstición. La culpa de todo la tiene Platón.

Cralda dijo...

Sabrosa pitanza para hormigas
el papel.
Antes y después
la fractura.

Ferrer Lerín dijo...

La exposición del CDAN sobre los mallos parte de una excelente idea, arrancar el posible arte a las piedras pero, la encuentro irregular; en concreto las piezas escultóricas visualmente alejadas del tótem montaña resultan anodinas, o quizá conviniera verlas en directo.

Cralda dijo...

Como un insecticida
la fractura en el gran
vidrio.

Anónimo dijo...

"Edad del insecto".
Qué buen título.

Perpetuum dijo...

En línea con el apunte de Cralda sobre el gran vidrio y la idea del efecto fractura de Martínez Clará, se me ocurre que a veces la fractura es la única esperanza del reencuentro. Cuando Duchamp ideó el gran vidrio (La Mariée mise à nu par ses célibataires, même), lo realizó en forma de dos piezas independientes: la novia en el vidrio superior y los célibes en el inferior. Su encuentro era del todo imposible. Era una historia de amor mecanicista y fría, acorde con las nuevas ideas del futurismo. En uno de los traslados de la obra, tras la exposición de Brooklyn de 1926, colocados los vidrios uno sobre otro, éstos sufrieron una fractura. Pero Duchamp vio en la simetría de las grietas de ambos vidrios la unión permanente que antes no existía entre la novia y sus solteros. Es decir, era preciso que se rompieran para mantenerlos unidos. Quizá la fractura de la cuartilla del poema de Seferis haya supuesto, más allá de la disociación, un motor activo de expectativa de reencuentro, un cierto crecimiento del sentido de lo escrito en la búsqueda de lo ausente . Cualquier insatisfacción nacida de la añoranza del fragmento de verso, podría verse como la única esperanza de integridad, más real incluso que la anterior a la ruptura. Y si no hubo ruptura sino ingesta del insecto, esperemos que esa publicación en Periférica, despierte en el lector, como mínimo, el deseo de dejar el libro siempre abierto, a la espera de que el insecto regrese a devorar por fin la página entera.

Nómina dijo...

Esos diplodocos a los que les faltan todas las esquinas y que solo exhiben una mínima parte de su naturaleza son la antítesis del poema de Seferis que se cita.

Cralda, A.K.A., Sr. Tarraque dijo...

Sr. Perpetuum, ha razonado Ud. de maravilla lo que yo trataba de decir balbuceando (Samuel Beckett y Roberto Juarroz, creo recordar, dijeron algunas cosas interesantes sobre el balbuceo). Gracias.

Perpetuum dijo...

...La base y la cima, a poco que los hombres se agiten y diverjan, se desmoronan rápidamente. Pero queda la tensión de indagar; la repugnancia por el reloj de arena, el itinerario impar, incluso la loca dádiva, en definitiva: una exigencia de la conciencia a la que no podemos hurtarnos, antes de caer en el abismo (René Char).

Sr. Cralda dijo...

El balbuceo como fractura del lenguaje. ¿Lenguaje fracturado lo que, a falta de otra palabra, aún llamamos "poesía"?