domingo, 17 de mayo de 2009

Hostigamientos

Quizá sea Mauro Baroncelli el más tenaz rastreador de la historia moderna. Leemos que sometía a sus presas a un seguimiento tan estrecho que les provocaba todo tipo de reacciones hasta lograr que se tiraran desde los puentes de Madison. Yo, cuando regreso a casa, a altas horas de la madrugada, tras una partida de póquer, camino siempre por el centro de la calzada atento a cualquier ruido que delate la presencia de un salteador dispuesto a desvalijarme las ganancias obtenidas tras duro trabajo sobre el tapete verde. Pero la persecución sibilina tiene en la rubioca –Carapus acus- su mejor exponente. Este pececillo acosa a las holoturias, en especial a las del género Stichopus, hasta conseguir instalarse en su interior desde donde, con gran soltura, devora sus órganos reproductores. Esta práctica que podría parecer espantosa no lo es en absoluto ya que el arrendador, cuando se siente incómodo por la actividad del arrendatario, se desprende, sin más, de esa parte de su cuerpo, que luego regenera. En cambio sí son espantosas las denominaciones que esos equinodermos holotúridos reciben a lo largo de nuestras costas: espardeña, carajo de mar, pichota, pepino de mar, morena bamba.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

En verdad son espantosos. Responden al humano deseo de identificación inmediata, dada la presión de tan vasta tarea y del miedo a lo que no tiene nombre.

Quien abraza al mundo en su complejidad comprende que las palabras no lo nombran, solo lo arañan -con una violencia voluptuosa, suplicantes, desesperadas-, y en este gesto descubre su sentido.

En la descripción de la holoturia leemos “carecen de brazos”.
Quizá la rubioca pensó: “solo eres capaz de abrazarte a ti mismo” y actuó movida por el despecho y el deseo.
¿habrian cambiado las palabras el destino de la holoturia y la rubioca?

Anónimo dijo...

Le informo: las holoturias no se desprenden “sin mas” de sus órganos.
El mes pasado, justo antes de cocinarlas, una me confesó, quizá por lo terminal de la situación, que después de cada desprendimiento no podía dejar de cuestionarse si tal acción era voluntaria o inducida por algún mandato biológico sobre el que no poseía ninguna autoridad.
Toda accion deja su impronta.

Ferrer Lerín dijo...

Sí, en mi afán de quitar dramatismo a la emasculación coloqué ese "sin más" de modo improcedente. Con el castor pasa igual; está muy extendida la creencia de que se arranca (sin más) los testículos para escapar con mayor facilidad de sus depredadores.

Anónimo dijo...

qué afán! porque también dijo que no era espantosa.
Es que desprenderse de algo incomodo, órganos, parásitos, u objetos, a pesar del alivio, reconozcamoslo, nos produce cierta desazón al mismo tiempo, y la desdramatización no hace mas que subrayarla.
Ni el silencio daría cuenta de un desprendimiento sin consecuencias.

Anónimo dijo...

Yo en el caso de la holoturia estaría contenta, que se instalen en tu interior y solo te devoren los organos puede ser hasta un acto piadoso.

Me mata la curiosidad ¿por qué es Mauro Baroncelli el más tenaz rastreador de la historia moderna?
Por otro lado sus logros no parecen tan espectaculares teniendo en cuenta la altura de los puentes de Madison, pero quizas me confundo de puentes o tengo un recuerdo poco preciso de los mismos, o no he leido adecuadamente la entrada.

Ferrer Lerín dijo...

Sí, a mí también me mata la curiosidad y la única explicación que encuentro es que Mauro Baroncelli tenga algún parentesco con Eugenio Baroncelli autor del “Libro di candele. 267 vite in due o tre pose”, Palermo, Sellerio editore, 2008, en cuya página 127 despliega sus artes de rastreador saqueando “Bartleby y compañía” de Enrique Vila-Matas al escribir: ‘Ferrer Lerín, il poeta che studia gli avvoltoi. Nacque a Barcellona nel 1944. Visse due vite, una da poeta promettente e una, che dura tuttora, da affermato ornitologo. Scrisse versi ribelli in una metrica ardita. Stava per entrare nella storia della poesia catalana quando all’improvviso, nel 1969, andò a vivere in un paesino dei Pirinei e si mise a studiare gli avvoltoi, che si cibano di carne morta come la poesia.’ (Aunque ahora, al releer este texto, y ver la cantidad de imprecisiones que hay en él, tiendo a considerar a Eugenio más como artesano que como artista del rastreo por lo que veo difícil que la habilidad de Mauro llegue por la vía de los lazos familiares)

Anónimo Qtro dijo...

Cinefilia futura: Una película de una sola secuencia. Unos 33 minutos, por no decir 21 o 13. Usted regresando a casa por el medio de la calzada y atento a Todo. El Jugador contra la Cucaracha invisible, la Intangible, la que a todos acecha y que nada tiene que ver con sus lejanas parientas, aquellas que hace millones de años han dejado de correr entre las patotas de los dinosaurios. Insisto: Usted congelado y ardiente en esa Atención incólume y sobreviente, quizá metafísica.

Ferrer Lerín dijo...

Sí, no es mal guión. Aunque la cucaracha (Blatta) podría desdoblarse, de hecho el jugador (Lerín) es también una cucaracha acechante. Quizá, en una versión avanzada, cambiaríamos las cucarachas por Mantis.

Anónimo Qtro dijo...

De acuerdo: usted será la Cucaracha (¿o le gustaría más ser el Escarabajo Samsa?) y de propina final para el hipotético público futuro, la revelación de la Noche de las Mantis Definitivas.

Anónimo Qtro dijo...

Ejem, se me pasó el juego de espejos que usted propone: El Cucaracha vs. -o no- La Cucaracha Intangible (este último adjetivo es arbitrario, no sé por qué tendría que ser intocable o incombustible esa cucaracha que presume de acecharlo todo...).

Ferrer Lerín dijo...

A veces, ahora, veo la cucaracha acechar pero no, no es ella (Blatta) sino Maria Callas en esa aria que salva una obra imposible como El Buitre Wally.

Anónimo Qtro dijo...

Vaya, esta variación o derivación hacia las salvadoras sonoras emanaciones de la Callas me ha dejado Lelo o, aún mejor, me ha dejado del todo Cal(l)ado...
Que pase usted - y demás curiosos- un buen fin de semana.

Anónimo dijo...

Se empieza leyendo sobre los Hostigamientos y se acaba escuchando ese hermoso lamento de la Wally. Injustamente obligada a escoger y despreciada así por su padre, canta : « Laddóve la speranza, la speranza
È rimpianto, è rimpianto, è dolor.
Terrible desprendimiento el suyo.
Para guiones futuros con Mantis enlacen a la voz de Dalila con música del entomólogo.

Yo propongo otro guión :
Usted encuentra a la cucaracha, la prende por un brazo violentamente, y le exige una explicación. La cucaracha muda desprende una subtitulación traslúcida, algo asi como un perfume o una música. Abandona a la cucaracha confundido. Mientras callejea recuerda el mensaje de la "Fortune Cookie " : just to believe.
Decide volver al hogar.
-Continuará-

Anónimo dijo...

http://www.teatrolafenice.it/public/libretti/53_5870samson_dalila_css.pdf

Anónimo dijo...

si era una cucaracha quizá fue la voz de Amy Winehouse cantando You sent me flying.
http://www.youtube.com/watch?v=yf7WpYH-m5w