domingo, 4 de julio de 2010

Grupos, 2


























Un óleo socialmente inaceptable (1863) y psicológicamente
imposible en el que sorprende el gran parecido entre la mujer
desnuda y el hombre de su izquierda. Lo interesante es saber
que la mujer desnuda dispone del cuerpo de Suzanne Leenhoff,
esposa de Manet, y del rostro de Victorine Meurent, modelo
habitual del pintor, y que el hombre de su izquierda es
Ferdinand Leenhoff, hermano de Suzanne; de ahí parece
lógico esperar similitud en sus cuerpos (de hecho lo hay
en l’allure, el porte, la compostura, el aire) pero no en
sus caras que, sin embargo, son prácticamente idénticas.

3 comentarios:

Miguel Ángel Yusta. dijo...

Es un placer pasear por este blog...Un saludo muy cordial.

Ferrer Lerín dijo...

Gracias, Miguel Ángel; un saludo pirenaico.

Is dijo...

Mirada fija
el rostro quieto-. Aquí, los paisanos
descubrian
perpendicularmente.
perpen. ¿ y qué relación de la lentitud con el calor
podría explicar
esto?