jueves, 6 de agosto de 2009

Polos opuestos

Alguien, en un artículo de divulgación científica aparecido estos días en la prensa, compara la apoptosis con la labor de un mecánico instalado en el interior de un vehículo que fuera extrayendo las piezas del mismo hasta que este se detuviera. Nos hallaríamos, pues, en las antípodas del cometido de ese artilugio llamado ténder que la Academia define como un depósito incorporado a la locomotora o enganchado a ella y que contiene el combustible y el agua necesarios para alimentarla a lo largo del viaje.

5 comentarios:

Mitrofán dijo...

¿ Es el ancla una rémora ? ¿ El macuto una cruz ? ¿La corona un estigma ? ¿ El agua vodka ?

Raliti dijo...

¿La oposición es complentaria?
Deshacimiento vs. reposición...
¿Un espejo doble para un aparente y mismo camino?

Perdone mi comentario, y el del poeta anterior... Su entrada es de una objetivación reflexiva que casi toca la transparencia.
Pero, no cabe duda, dan ganas de hacer comentarios plagados, atiborrados, saturados de preguntas.

Mitrofán dijo...

Raliti , me halaga usted , no soy poeta, soy un oso dipsómano , parlanchín y agujereado.

Raliti dijo...

¿Un oso dipsómano, parlanchín y agujereado? No se nos ponga usted enfático y confesional. Me atreví a llamarlo "poeta" puesto que su certero uso de la interrogación metafórica no está nada lejos del pensamiento poético... Vamos, redundemos, y demos en el clavo (no sé, digo yo): sus cuatro preguntas, juntas todas ellas en ascendente enumeración, creo que forman uno de los mejores mini poemas que he leído en los y últimos meses.
Espero que no me lo discuta, que es verano y hace calor.

Istefel dijo...

El fenómeno es pues justamente el perieco del ingenio. La varita atraviesa la esfera. La neurótica entropía del grandullón contra el duende de Maxwell dentro de la cajita, quizá. Tridente. Sextante.
Un mecánico.
Qué ambición. Qué aturdimiento. Habría que modificar en algún lugar, y no sé muy bien donde ( ni cómo, ni cuándo, maldita sea), algo.
Algo.