sábado, 6 de abril de 2013

Los viejos


Volvieron. Un grupito de seis, tres activos, los demás complacientes, colocaban a una persona contra un muro; una persona de negro, con un chambergo rojizo, en posición de crucificado. No excesivamente crueles, uno ebrio, celebraban con regocijo la ocurrencia. ¿Colaboraba el monigote? Hubo un intento por su parte de despegarse pero pudo ser un juego, formar parte del mismo. En la pantalla quedaban bien, a la gente les gustaban. Yo, entre espectadores de edad provecta, como correspondía a la media, disfrutaba con la cinta pero quizá aún más con los comentarios. Noté que mi espalda no se apoyaba directamente en la butaca y quizá tampoco mis posaderas; una chica atractiva, sin duda propietaria de muslos rollizos y endiablados, estaba debajo de mí, exactamente yo estaba sentado encima de ella. La rara postura no impidió que se sincerara; que los viejos la tocaban, que ahora aguardaba pero que en cuanto pudiera iría con ellos, y no quedó claro si era a cambio de dinero y si se trataba de los viejos que ocupaban la platea o de los viejos que salían en la película. Me llaman Celia, eso dijo.

11 comentarios:

anónima dijo...

Albricias, volviste!!!!

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI dijo...

¡¡Como me gustan sus escritos, Sr. Lerín!!. Dentro de esas pocas líneas hay media docena de historias, extensas, intensas, perversas todas ellas

Ferrer Lerín dijo...

Gracias Sr. Pobrecito; es que yo soy así, concentrado, pero abierto al posterior despliegue, mío o de otros.

Istefel dijo...

Hay una retroalimentación, desde la cinta a la pantalla, desde la pantalla a la llamada realidad, desde la llamada realidad de nuevo a la pantalla. Hay una gruta sugestiva , mítica, y afuera, el sueño de plomo.
Pero el número 1 es Orange Mecánique. El número 2 es algo de Lynch. Y el número 3 es cualquier número cualquier viejo cualquier muslomoza cualquier cinturón.


Perpetuum dijo...

El nombre lo decide todo. No es Susana.

Darío dijo...

Fámulo ha atravesado el océano, y nos conmueve.

Ferrer Lerín dijo...

Celebro, Darío, que Fámulo haya culminado la travesía; otra cosa, sin duda peor, es que perturbe vuestras honradas mentes.

Celia dijo...

Me llamo Celia.

Anónimo dijo...

Sensacional relato que utiliza algunos de los temas caros a Francisco Ferrer Lerín: la vejez, la mujer joven sexualizada, los planos de la realidad...

Celia dijo...

Buenooo¡ me han cambiado el final asi que ahora me llaman Celia.

Andy El Sereno dijo...

Es usted genial, Sr. Lerín.