lunes, 15 de abril de 2013

Una luz


Cuenta el canónigo de la iglesia de San Nicolás, en la ciudad de Valencia, que existe un punto, situado a siete metros de la veleta del campanario, en sentido Norte, que no ha sido alterado. Pido más información y me explica que ese punto es, en realidad, una esfera de veinte centímetros de radio compuesta por aire luminoso ya que nunca ha sido hollado por los cuerpos emplumados e impuros de las aves voladoras. Al anochecer contemplamos la torre desde la plaza, y la esfera, suspendida en la nada, resplandece.

7 comentarios:

Istefel dijo...

En el viaje astral que Inmanuel Kant emprendió a Valencia estableció el punto como condición de pura posibilidad de todo espacio. En el reloj sitúo el del tiempo. En las aves, el de cualquier posible intuición.

Anónimo dijo...

Bellísimo texto.

Francesc Cornadó dijo...

Creo que el signor de Seingalt tuvo algo que ver con esta esfera, fue cuando emprendió el viaje de Valencia a Barcelona.
Salud
Francesc Cornadó

Otro anónimo dijo...

El misterio de la oquedad, el lugar vacío. Muy bueno señor Lerin

anónima dijo...

Prodigioso. A veces me pregunto como no le han dado el premio Nóbel.

Ferrer Lerín dijo...

¡Vaya, querida Anónima, esto es nuevo! Que yo sepa nadie me había propuesto para ese premio. Gracias.

Perpetuum dijo...

Lo sea o no, todo apunta a que se trata de un Aleph...