viernes, 18 de marzo de 2011

Prodigio y provecho de la sima

No sé. Quizá la noticia de que la tribu bambara atribuya al cerdo el papel de sima, de cavidad que todo lo traga, sea la razón de que se hable tanto de ella. Hasta en la cola del pan oí a un señor contar que había caído a una sima y que tardaron no sé cuánto en rescatarle. Lo cierto es que yo sí caí a una sima ese día aciago en que me convencieron de que el metro era el medio más rápido para acudir a una remota parte de la ciudad donde se hallaban los nuevos estudios de la cadena televisiva municipal BTV. Sólo salir al exterior quedamos sumidos, un guardia de seguridad y yo, en la oscuridad más absoluta y, zarandeados por un irrefrenable vendaval, rodamos hasta el fondo de un socavón fruto reciente de potentes explosiones. La verdad es que estuve listo en la caída al empujar a mi acompañante de modo que hiciera de colchón pero, esta maniobra, imposibilitó que fueran dos las voces que imploraran ayuda dado que el de Prosegur falleció aplastado por mi peso y envenenado por las emanaciones de gas que se filtraban a traves del lodazal donde quedó empotrado su rostro. Acudió primero una pandilla de chaperos que dio media vuelta al asomarse y comprobar que allí no había negocio. Fueron luego una pareja de jóvenes intelectuales –que también iban a los estudios, precisamente a entrevistarme- los que acudieron y, llenos de reflejos y buen hacer, lanzaron el cabo de una sirga para que me agarrara y pudiera salir del pozo sin mayores contratiempos, quedando la otra persona como consistente pasto para ratas y perros. He de decir que mis dos salvadores, Javier Pérez Andújar y Joan Riambau Möller, resultaron ser dos caballeros, quiero decir que dado mi comatoso estado no me apretaron las tuercas en el interrogatorio televisivo y, acabado el acto, me acompañaron a casa en un taxi que pidió la empresa. Andújar es, además de estupendo novelista, mi actual asesor en cuestión de raza y parsimonia. Riambau editó, de modo exitoso, el Bestiario de Ferrer Lerín.

15 comentarios:

El peletero dijo...

Perdone que entre sin llamar, pero la puerta estaba abierta, y una amiga me acaba de llamar hace escasos minutos para decirme que su padre ha recibido accidentalmente en una pierna un balazo que le ha disparado un pistolero que perseguía por la calle a otro hombre para matarlo, según parece se encuentra bien y fuera de peligro.

Hace meses que me acompaña, en la casa del árbol en la que vivo, una pequeña lagartija que comparte su tiempo con el mío, ella caza sus mosquitos y yo le doy de beber; de vez en cuando hablamos o simplemente callamos, el uno al lado del otro.

Mi hermano afirma siempre que la vida es rara y yo le respondo que si no lo fuera no sería vida ni sería nada.

Saludos y disculpe las molestias.

Ferrer Lerín dijo...

En tan pocas líneas dos casualidades y las casualidades no existen. Preparando un viaje a Andalucía descubro en el libro "Los hornilleros" de Juan Luis González-Ripoll el término "peletero" con el significado de "trampero". Y su amistad con una lagartija no es cosa nueva para mí; en "Papur", en 'Bibliofilia 8' ya cuento mi relación sentimental con una macho de Lacerta hispanica.

AnónimA dijo...

Y yo me pregunto, sin venir a cuento...qué hace que unas entradas suyas tengan muchos comentarios, otras pocos y en ocasiones, ninguno? Curioso, no? Seguiré meditando al respecto.

Ferrer Lerín dijo...

También yo me lo pregunto. Los comentarios, está claro, constituyen un nuevo género literario. En una de las conversaciones que mantuve sobre la publicación en libro de las entradas de carácter narrativo de este blog se barajó la posibilidad de incluir algunos comentarios, lo que propiciaría interesantes conflictos acerca de la propiedad intelectual

El peletero dijo...

La casualidad es la forma no religiosa del milagro cuando dos acontecimientos sin aparente relación coinciden en el tiempo o en el espacio, como ir descalzo y conseguir zapatos.

Einstein decía que Dios no juega a los dados, pero no es cierto, lo hace constantemente, la gracia, sin embargo, es que no es un vulgar tramposo como normalmente lo somos nosotros.

Decía lo de los zapatos por una escena de la película “Nunca fuimos ángeles”, dirigida por Neil Jordan, con guión de David Mamet e interpretada por Robert de Niro y Sean Penn. En ella dos fugitivos descalzos, disfrazados de curas, le rezan a una Virgen para que les proporcione unos zapatos con los que protegerse de la nieve que cae inclemente. La Virgen accede a su petición de una manera curiosa, pero efectiva y muy acorde con su condición de ladrones.

Mi padre me enseñó a trabajar las pieles para hacer vestidos con ellas, y mi lagartija es un dragó de Barcelona, un reptil pequeño que un día se refugió en mi tienda en pleno invierno y durante muchas semanas, hasta que ya no pudo conseguir insectos. Está sepultado en el árbol que veo cada día desde mi mostrador.

Saludos.

Istefel dijo...

Figurar en la sima
o por ejemplo como elemento de inventario
a modo de ráfaga
como destello
de una parte radiante de ese todo
es más de lo que podría esperar un, digamos, "intelecto" -pongamos también, por ejemplo, " el mio"-.
Intelecto y propiedad deben ir entre comillas
ignoro lo que es lo que son
y parto airado por la mitad
este fuera de fortuna
comentario
¿ mio?

Ferrer Lerín dijo...

Una salamanquesa -Tarentola mauritanica-. ¿Cuando dice sepultada hay que entender fallecida, o escondida en una grieta hibernando?

El peletero dijo...

Sepultada por fallecida. Una tienda no era su lugar y supongo que murió de hambre que no de sed porque se bebía el agua que yo le ofrecía.

Durante la última semana se acercaba a la puerta de cristal y se quedaba mirando al sol; un día se la abrí para que se fuera y caminó lentamente los pasos que la separaban de la calle, pero se quedó quieta, inmóvil durante horas a un palmo de la acera.

Cuando lo creyó conveniente desandó sus pasos y volvió a entrar; se escondió debajo de mi mostrador y allí la encontré muerta al poco tiempo. La introduje en una bolsa negra de papel que uso para envolver bisutería pequeña y la enterré en el árbol que hay enfrente.

Un par de semanas después apareció el cadáver de una paloma justo encima de su sepultura.

Saludos.

AnonimA dijo...

No pienso que sea desafortunado su comentario, Istefel. Es su opinión y además, no es mala (a mi juicio). Mi motivación para escribirlos es sentirme cercana al autor y a laguno de los blogueros. Y, por otra parte, seguir estudiando personalidades y caracteres. Un saludo y/o un beso.

Suzuki Swift dijo...

La lista ... de naúfragos rescatados. Caer en una sima puede ser una forma de naufragio secreto , radical y de secano.
Beberse el mar o cavar más hondo. Trepar por las marcas del pocero.

A sus pies , AnónimA , en la sima , o no. Como siempre . Ya estamos todos.

AnónimA dijo...

Un saludo afectuoso, SuzuKi. Me gusta "estar todos". ;)

Anonim@ dijo...

Perez Andújar y Riambau son dos buenos amigos míos y dos excelentes personas me gusta que el señor Lerín los reconozca. El Bestiario es uno de mis libros de cabecera

Suzuki Swift dijo...

Creí oir una voz que me susurraba al escribir el comentario. Como si resiguiera con una aguja craneal un surco impreso. Recordé la lista del pozo tóxico colmatado , convertido en mausoleo rural improvisado. Ahí está la lista del naufragio , de los ángeles caídos por torpes. Señor Ferrer , lo he buscado mal porque no lo encontré, pero sin duda lo leí. Si no es molestia eche luz al pozo .

Anónimo dijo...

Hay una historia dentro de esta historia -de la sima, y dentro de la sima- que adelanta varias historias que se me ocurren

Istefel dijo...


" El cerdo infrecuente,
evoca el abismo "