martes, 31 de diciembre de 2024

Ella gime

 

Ante todo convendría fijar el alcance del término y, al mismo tiempo, despegarlo de su carga vulgar, cotidiana, cómplice. Me refiero al término ‘aparcada’, el acto en el cual se detiene un automóvil en un lugar solitario para que las personas que lo ocupan puedan dar rienda suelta a sus efusiones eróticas. O sea que tras cenar en un restaurante habitual, uno de los figones vascos de la calle Roger de Flor, Mari Carmen y yo nos montamos en el R12 y nos dirigimos a la parte alta de la ciudad; tomamos la carretera del Tibidabo y paramos en una de las primeras curvas, una curva famosa, idónea para la realización de aparcadas, una curva amplia, un desmonte de tierra con capacidad para varios coches y con orientación sur, con una buena vista de la urbe, a esa hora iluminada, socorrida contemplación que facilita unos primeros comentarios para romper el hielo. Mas no hubo hielo que romper pese a ser nuestra primera aparcada. Mari Carmen abrió el bolso y extrajo un objeto rectangular que no logré identificar por la poca luz y que, así de repente, pensé si no sería una caja de preservativos, pero no, era una grabadora, que colocó sobre el salpicadero. Mari Carmen me miró, y con la voz ronca de las grandes solemnidades y el más profundo de los acentos mallorquines, pronunció las siguientes palabras: “es una grabación, una selección de gemidos durante mis recientes masturbaciones”, y le dio al clic mientras yo le daba al motor de arranque, derrapaba entre una nube de polvo, enfilaba la carretera a una velocidad desconocida, dejaba a la gimiente en su casa y me encerraba yo en la mía. Estaba realmente asustado.



Dora Santiago

 

Andan derribando las naves industriales del Polígono Grande de Junín, dicen que para ensanchar la autopista. Un hecho trivial pero que a mí, de repente, me ha traído, casi de forma violenta, un grato recuerdo. Ella, regentaba sola un pequeño almacén de productos de parafarmacia situado en la periferia del polígono. Yo, la visitaba a veces con la excusa de que necesitaba cajas de cartón y, un día, fuera ya de horarios comerciales, la puerta de la calle cerrada, los dos de pie en el fondo del local, le dije que me gustaría abrazarla, y Dora, sin inmutarse, preguntó si quería abrazarla por detrás o quería abrazarla por delante. Fue tan efectiva su reacción que comprendí en aquel instante que el poder de las palabras, en los lances amorosos y en general en todas las actividades humanas, era superior a los gestos y a las miradas.


Casa elástica


He comido con el Dr. Angus Calvitorromo. Avanza en su proyecto de casa elástica y me propone implicarme en el mismo. Cuestiones de salud, de edad, cuestiones de carácter geoestratégico, aconsejan que no me implique, pero el proyecto resulta tan atractivo que, consideraciones pecuniarias aparte, he decidido colaborar con Angus, hacerme cargo del apartado artístico del proyecto. Buscaré un nombre. Diseñaré un logo. Elegiré un color. Crearé, en suma, la marca.



jueves, 26 de diciembre de 2024

F.K.


 

























Siempre se ha dicho que el conocimiento de disciplinas como la botánica, la entomología, la herpetología, la ornitología, añaden valor, justifican una actividad como la del paseo por el campo, actividad que en sí misma no deja de ser insulsa, aburrida e inútil, como todas las vinculadas al ejercicio del deporte y a sus doctrinas paralelas. Descubrir a los seres vivos que nos rodean, y que son lógicamente más abundantes en espacios periurbanos que en espacios urbanos, proporciona una gratificante experiencia al observador, incluso al que, por prescripción médica, no le queda más remedio que pasear pese a que le resulte profundamente anodina dicha experiencia, hablo de quienes añoran el bullicio inmisericorde de las grandes ciudades. Ahora me escribe un desconocido domador uruguayo, de desconcertante nombre, Ferenc Krasna, para informarme, para agradecerme que le haya introducido en el mundo del Arte Casual (AC), que le haya abierto los ojos ante el gran número de manifestaciones de este concepto artístico que surgen ante el observador atento, eso sí del observador que disponga de cierto grado de conocimientos sobre Arte Contemporáneo. Adjunta foto de una porción del suelo del entorno de su domicilio en Montevideo, suelo que nunca tuvo en cuenta y que, ahora, le produce un gran impacto visual gracias a AC, al lograr que su retina, educada, registre, de modo incuestionable, un evidente, aunque quizá fugaz, hecho artístico. AC aporta pues un plus de interés a ejidos, huertos, ruinas, polígonos industriales, cementerios de coches, calles que se pierden en los campos, uno más de los benéficos efectos obtenidos al adentrarse en ese nuevo concepto que permite ver las cosas de otra manera, que quizá, incluso, enseñe a ver la realidad de otra manera, enseñe a ver, de modo pertinaz, la verdadera realidad.



jueves, 19 de diciembre de 2024

Reparto 29

 
















Maria Schneider, Marlon Brando

El último tango en París (Last Tango in Paris) (1972)

Director: Bernardo Bertolucci

martes, 17 de diciembre de 2024

Lorra











Una lorra

no evita siempre al humano

se sabe

autora de burlas provocantes a risa

porque

no hablamos de la zorra de carne

ni

siquiera

del gato de clavo

hablamos de quien festeja la piltrafa

en los meses de mayo y junio

de quien

como el esclavo puesto de continuo a la tortura

no está libre de cardenales.


-----


-Amara Montoya Doblas: “No identifico el poema, ¿a qué libro pertenece?”

-Ferrer Lerín: “No tiene libro aún; es un homenaje a ‘lorra’, un hápax.”

-Amara: “Ahora comprendo porque no aparecía “lorra” en mi diccionario. Benditos hápax siempre fugitivos y solitarios.”

-Lerín: “En el famoso opúsculo Sobre el animal cebra que se criaba en España (1752) del Padre Sarmiento se dice que ‘los Golpefares son sitios en que abundan de Lorras’.” 


 -----


Golpefares; golpejares; vulpejares; golpeja; vulpeja; vulpécula; vulpes; raboso, a; raposo, a; zorro, a; lorra.


-----


Golpejar de la Tercia

Se deriva del nombre latino ´Vulpes´ = zorra, y su sufijo abundancial. Es, por tanto, un poblado en cuyo término hay abundancia de raposos. Uno de sus topónimos del monte se llama, precisamente, ´Las raposas´. En la provincia de León existe otro Golpejar, en La Sobarriba.

------

-León: Golpejar de la Tercia, Golpejar de la Sobarriba.

-Salamanca: Golpejas, Golpejera.

-La Coruña: Golpa, Golpilleiras–Cambre.

-Lugo: Golpeiras, Golpilleira–Baleira, Golpilleira–Cospeito, Golpilleira–Germade, Golpilleiras–Abadín, Golpilleiras–Castro de Rey, Golpilleiras–Fonsagrada.

-Orense: Golpellás–Calvos de Randín, Golpellás–Paderne de Alariz.


---------


Hiela sangre, Barcelona, Tusquets, 2013

Ferrer Lerín