domingo, 24 de febrero de 2013

Traición

 
Me escribe Genoveva Paja para no decir exactamente nada, para dejar en el aire la sospecha de que se guarda algo. Le contesto. Y a la pregunta “¿hay algo más que me quieras contar?” responde “he tenido una aventura amorosa que ha durado tres años y que ha terminado trágicamente”. He de aclarar que con Genoveva Paja tuve una tórrida aunque breve relación y que después, aunque dejamos de vernos, hemos mantenido cierto contacto epistolar. Pero aquí lo importante es saber con quién mantuvo ella esa aventura trágica, y resulta que con un sanador, pero un sanador amigo mío, que le presenté en una feria de ganado en Lugo. A veces la vida da unos raros quiebros; ese hombre, entusiasta de mi obra literaria, desapareció un buen día de mi vida, pero, hará pocas semanas, llamó para hablar de sus caídas, de sus caídas reales, una al bajar del coche al enredarse en el dichoso cinturón de seguridad, otra al caminar por una calle en cuesta y resbalar por el hielo y, finalmente, en el jardín de su casa, al golpearse en la frente con una viga de hierro deslumbrado por el sol. El sanador no quería confesar que me había traicionado, pero me compensaba al describir los síntomas de su muerte inminente; él suponía que esa era una buena noticia para un mísero cornudo.       



8 comentarios:

Istefel dijo...

El sanador.
La costra humana.

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI dijo...

Creo que tendría que estarle agredecido de por vida.

Anónimo dijo...

Agradecido quién a quién?

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI dijo...

Pues el narrador al sanador: ¡Menuda Paja le quitó de encima!

Sr. Tarraque dijo...

Qué bueno. Me encanta este relato.

anónima dijo...

Muy presente en la obra de F. Lerin la satisfacción por las desgracias ajenas y su inverso el desagrado por los éxitos de los demás. La vida misma!

Otro anónimo dijo...

Otro cuento redondo del señor Ferrer Lerín. Perfecto.

Perpetuum dijo...

Generoso tributo el del sanador para compensar la "supuesta" traición. Digo "supuesta" porque deduzco que la relación de GP con el sanador es posterior a la que tuvo con el narrador, así que más que traición hubo ocultamiento, creo.
Por lo demás, el relato me encanta, como al Sr. Tarraque y lo encuentro redondo como el otro anónimo. Y por si no queda claro, creo que es perfecto.