Me esperaba. Posada en la parte exterior del cristal
delantero izquierdo, quizá atraída por el calor que podía transmitirse desde el
interior del coche, quizá con la nostalgia del lugar confortable, pero quizá, y
eso era con lo que yo quería quedarme, con el deseo de volver a verme, de
compartir el habitáculo, nuestro hogar, que aunque en mi caso fuera temporal,
en el suyo debía de suponer el único que había conocido a lo largo de su vida.
Las moscas. Las moscas del Lada Niva. Mis moscas. Bien
alimentadas con los fluidos de la carroña transportada y, también, con los de
las sanguinolentas bolsas de plástico hasta ser tiradas en el contenedor.
Cuatro o cinco moscas. La población actual. Todas de la
misma especie, mosca doméstica, Musca domestica,
remedo, como animal de compañía, de aquel ratón que se instaló a vivir dentro
del Chrysler 180. Un querido vehículo ya en su etapa final cuando sólo servía para
el acarreo de cadáveres y permitía cambiar de marchas sin utilizar el embrague.
11 comentarios:
"Por lo que se refiere al cuerpo, su cabeza se haya adherida al cuello por una sujeción extraordinariamente tenue; se mueve en todas direcciones con facilidad y no permanece quieta como el saltamontes; sus ojos son saltones, sólidos, y se parecen mucho a antenas; su pecho está bien encajado, y los pies se adhieren, sin quedar pegados como el de la avispa.
Su vientre está fuertemente protegido, y parece una coraza con sus franjas y sus escamas. No se defiende de sus enemigos con su trasero, como la avispa y la abeja, sino con la boca y la trompa, de la que está armada, como los elefantes, y de la que se vale para agarrar los alimentos, coger los objetos, a los que se adhiere por medio de un cotiledón colocado en su extremo. Le sobresale un diente con el que aguijonea y bebe la sangre. También bebe leche, pero prefiere la sangre, y su punzada no causa mucho dolor. Tiene seis patas, pero camina sólo con cuatro; las dos delanteras le sirven de manos. Se la ve pues andar con cuatro patas, sosteniendo en sus manos algún alimento que mantiene en el aire de un modo muy humano, absolutamente como nosotros."
ELOGIO DE LA MOSCA
Luciano de Samósata
Esas entrañables pequeñas moscas que en verano revolotean en la penumbra del zaguán de las viejas casas de pueblo.
Sí, las llamábamos "moscas helicóptero".
Musca domestica copiloto en pestilente Lada Niva.
Inmerso en la tarea de una correcta resolución del un tanto - hay que decirlo - rimbombante pasaje " Pues en efecto, si la contemplación del vuelo de un ave evoca el eco de los versos, retenerlos en la retina aboca de forma indefectible al plénum de su impronta.", con el desasosiego que resulta de la infructífera búsqueda y captura del vocablo que desplaza y relega " retenerlos", introduzco "manchas en los ojos" en el motor virtual abocando a esta singular coincidencia : " Las moscas volantes, también llamadas manchas en los ojos, es un trastorno de los ojos caracterizado porque la persona que lo posee ve como puntos, manchas, telarañas o formas irregulares" y luego , " Las manchas en los ojos son producidas por la presencia de impurezas flotando en el humor vítreo(...) Estos detritus entorpecen la llegada de los haces de luz sobre la retina y se manifiestan visualmente en forma de manchas".
A propósito del nuevo número de la revista Turia, en este caso dedicada al poeta Antonio Machado, en el que tengo entendido que el Sr. Ferrer Lerín colabora con algún poema inédito, creo que es oportuno recordar los siguientes versos del poeta andaluz, muy en sintonía con la entrada del anfitrión de este blog:
Vosotras, las familiares,
inevitables golosas,
vosotras, moscas vulgares,
me evocáis todas las cosas.
Muy bueno.
me referia al texto de Lerin lo de Antonio Machado se da por sabido
El anónimo del comentario número 8, aunque acierta con la aclaración que me atribuye, no soy yo.
soy el anónimo numero 8 y me he equivocado, quería decir que el anónimo se referiria al texto de Lerin
Por Dios, número 8, ponga la tilde al menos en "Lerín".
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