Años convulsos para los míos: escoltado en las calles de Barcelona; hibernados en la dulce Inglaterra.
5 comentarios:
Anónimo
dijo...
Cierto día entré a una tienda de ropa de segunda mano (cita en el barrio de Gràcia) y probeme un saco, aquí llamado americana... No era de mi talla, pero al meter la mano en el bolsillo me encontré con una tarjeta de un hijo suyo que oficia de cineasta -según la tarjeta, la duda se la debo a mi ignorancia, claro-. En el bolsillo también había un rotulador, que aún conservo.
Interesante hallazgo. Como padre, estaría enormemente agradecido si tuviera la amabilidad de escanear la tarjeta y hacerme llegar la imagen a la dirección de correo que aparece en este blog. Gracias anticipadas.
En fin... estimado Paco... espero que su curiosidad no se deba a motivos familiares... Me parece que he cometido el sacrilegio de haber tirado la tarjeta... De verdad, lo siento.
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Cierto día entré a una tienda de ropa de segunda mano (cita en el barrio de Gràcia) y probeme un saco, aquí llamado americana... No era de mi talla, pero al meter la mano en el bolsillo me encontré con una tarjeta de un hijo suyo que oficia de cineasta -según la tarjeta, la duda se la debo a mi ignorancia, claro-. En el bolsillo también había un rotulador, que aún conservo.
Interesante hallazgo. Como padre, estaría enormemente agradecido si tuviera la amabilidad de escanear la tarjeta y hacerme llegar la imagen a la dirección de correo que aparece en este blog. Gracias anticipadas.
En fin... estimado Paco... espero que su curiosidad no se deba a motivos familiares... Me parece que he cometido el sacrilegio de haber tirado la tarjeta... De verdad, lo siento.
¡Vaya! ¡Qué pena! Aunque sólo fuera fetichismo de progenitor.
Por cierto, sí, me refería a su hijo Fran.
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