De regreso a casa, tras una visita relámpago a Estambul, me desvié unos quilómetros para visitar a mi amigo Jaime Enrique Ollé Goig que sigue de médico en Yibuti. Me llevó a recorrer su particular Macondo y un pastor de dromedarios y cabras pretendió endilgarnos un huevo de avestruz; yo le eché en cara su falta de sensibilidad ambiental y Jaime le diagnosticó una enfermedad pulmonar irreversible.
martes, 17 de marzo de 2009
Un vendedor
De regreso a casa, tras una visita relámpago a Estambul, me desvié unos quilómetros para visitar a mi amigo Jaime Enrique Ollé Goig que sigue de médico en Yibuti. Me llevó a recorrer su particular Macondo y un pastor de dromedarios y cabras pretendió endilgarnos un huevo de avestruz; yo le eché en cara su falta de sensibilidad ambiental y Jaime le diagnosticó una enfermedad pulmonar irreversible.
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1 comentario:
Hamlet en Dinamarca
y seco.
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