domingo, 23 de abril de 2017

Greta
















































Surge el busto desconocido. Una postura nueva, perfil de mujer barata que gusta quizá por lo inesperado. Ella es la dentadura radiante, las piernas interminables, los gestos de fumadora de rubio, y ahora a las cinco de la tarde, quizá bajo los efectos de la tisana, agita la melena dúctil, echa atrás la cabeza poderosa y deja entrever lo que serán las noches valencianas. El rostro se ha vuelto gris, las grietas simas profundas; se asoma la muerte aunque el vientre permanezca plano y las manos de pianista no tiemblen aún en exceso. Al huir quiero fijar esa imagen, necesito recordar los detalles; sé que muchos dirán que la dejé por cobarde.    

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno, Lerín. Has afinado la memoria.

Ferrer Lerín dijo...

Deduzco, Anónimo, que estuviste ahí, en ese trágico momento.