Hoy, por fin, he hablado con las hermanas Polito. Aunque
exactamente no ha sido así, no he llegado a hablar con ellas, pero sí he estado
en contacto con ellas a través de otra persona, que me ha parado por la calle.
Una persona, Carmen Sebastián, que iba andando por la calle de la Palma
acompañada por las hermanas Polito y que ha interrumpido, al verme, la animada
charla que mantenía con ellas para desviarse de su trayectoria y aproximarse a
mí, al tiempo que sonreía e iniciaba un cordial, casi cariñoso, saludo. Pero
las hermanas Polito no se han despegado de Carmen y, así, las tres, me han
rodeado en alborozada compañía. Cualquier cosa que yo dijera era celebrada, de
modo quizá exagerado, por las hermanas Polito; cabeceaban, doblaban el
esqueleto y prorrumpían en declaraciones del calibre de “¡no puede ser!” y
“¡qué cosas!”, mientras reían a carcajadas; un conjunto de manifestaciones que
podríamos definir como que se partían de risa. Llevo frecuentando la calle de
la Palma desde hace cincuenta años, sabía que allí vivían las hermanas Polito y
que su área de campeo no se alejaba de los límites de dicha calle, sin embargo
nunca había entrado en contacto directo con ellas pese a ser las más famosas y
simpáticas hermanas siamesas de raza negra del barrio de la Catedral.
lunes, 30 de noviembre de 2015
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6 comentarios:
Ahora mismo no se me ocurre otro adjetivo que el de genial para calificar tu texto. Un abrazo.
Gracias, Elías. Es un relato caracterizado por su debilidad argumental; una línea en la que me gusta experimentar.
Así es querido Lerín qué difícil obtener estos resultados !!!!
Más que la experimentación con textos de debilidad argumental yo apuntaría la iconoclastia
Denuncia el reputado crítico Ignacio Echevarría que durante la transición se establece un cierto pacto de silencio para que la cultura no se meta en política, y convendría que la literatura reasumiera sus obligaciones. Yo estas cosas no las he entendido nunca: que la literatura tenga una función social no equivale a que tenga que deberse a ella. Además, quién puede demostrar que el relato "Las Polito" no es un texto de incisivo realismo social.
la monda...!!!!!
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