sábado, 23 de mayo de 2015

Lepus





























Liebre (Lepus europaeus). Pardina Larbesa. Primavera 2015. Fotografía: Fran Ferrer.

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Lepus


¿Qué quedará de la liebre de Durero? ¿Nociones
de partida y de llegada? ¿Un punto
de atadura de sus sueños? ¿Un recuerdo
de ciertas partes de su cuerpo?
Esa joven liebre
proviene de la cólera adusta, de la frambuesia
que hace áspero al cuero, de ese fetor oris
producto
de los alcaldes de la lepra,
del salpicado de la lepra, ese apetito sexual desbocado
que señalan
los alumnos, apetito,
satiriasis, dijo entonces
el alumno que fue inocente, pero
el tobillo
apareció manchado de la plaga, elefantiasis puede,
aunque dudaban si el pelo
de la joven liebre
fue pintado con pincel
de un solo pelo. Hubo oficios
reservados
para ellos
que alguien llamó
infamantes, oficios justos:
sepultureros
recogedores de bestias muertas
cordeleros de sogas para condenados
cordeleros de sogas para campanas
fabricantes de campanas
leñadores de madera para cadalsos. Fetor oris, ese olor
delataba su presencia, recordaba
el olor de la liebre
ya macerada
prendida al lazo
del malato ahogado en Sévre
en el pantano cubil. Caligaverunt
oculi mei.
Circumdederunt me
gemitus mortis.


2010


Hiela sangre (2013)

11 comentarios:

Ella dijo...

No recordaba esta poesía, me resulta chocante y terrorifica.

Anónimo dijo...

Su poemario "Hiela sangre" cada vez me interesa más

Istefel dijo...

Pues bien
Eso que late amigo entre tus manos
eso es el amor de padre
o también la liebre funesta
Acuérdate pensando en los ciclistas
de los consejos dóciles de río y de teatro
los ciclistas que como ves
se deshojan de tres en tres

( G.D. )

Creían que la grande liebre,
nombre que dan al Ser Supremo,
levantado sobre las aguas,
con todos los demás cuadrúpedos que forman su corte,
formó la tierra de un grano de arena,
extracto del océano,
y los hombres de los cuerpos de los animales.
No obstante el Gran Tigre se opuso a los deseos de la Grande Liebre y
ved ahí siguen ellos
los dos principios que se combaten perpetuamente.

( C. de Pl.)

Vuelvo a mis bandejas.

otro anónimo dijo...

oportunidad fotográfica

Anónimo dijo...

Simpática foto. Impresionante poema.

Alberto Salas dijo...

Perdí mi ejemplar de "Hiela Sangre", o quizá, en un descuido, saltó como una liebre. Los libros que he hecho míos, puede que por trasiego que han llevado, son los primeros que he extraviado. Solo espero que si lo encuentra algún lector interesado no tenga escrúpulos en rascar con una cuchilla mi nombre en la dedicatoria y escribir encima el suyo con la más primorosa caligrafía leriniana.

Anónimo dijo...

Le pido disculpas por entrometer a la liebre dureriana en este asunto. Hay algo en esa fugacidad del paso de la liebre que me hizo presente la quietud de la liebre de A.D.: https://es.wikipedia.org/wiki/Liebre_joven_(Durero)
En fin.

Un saludo

Ferrer Lerín dijo...

Fugacidad y quietud, quizá sea lo mismo.

Anónimo dijo...

No cabe duda, ha dado usted en el clavo.

Anónimo dijo...

Un Durero fugaz y atareado, esa era la imagen. Como su liebre "entre las piernas" de la virgen, como se atreve a decir la enciclopedia esa.

Anónimo dijo...

Este poema me impresiona, Sr. Ferrer Lerin. Cómo consigue conducirme a la edad media, a partir de la liebre de Durero, y de qué forma transmite toda la humillación y apartamiento de los leprosos; los oficios de la ignominia, los furtivos leprosos cazadores tal vez para comer; la asociación de olores entre el aliento de los enfermos y el inicio de la carne corrompida... De la liebre. Una autentica joya, Sr. Ferrer. Le felicito calurosamente, no cansa su lectura. ¡Es usted un bravo!