Murió “Toberas”. A los sesenta y ocho años. Periodista de
raza, luchador irredento, se ganó fama de cáustico y hábil en sus entrevistas
radiofónicas. En 2006 tuve el honor de que me incluyera en una serie sobre
escritores raros. Telefoneó de noche (yo estaba advertido) y en un vivaz
directo se presentó como Luis José Cordero. A medio programa, duraba una hora,
así de pronto, quizá para provocarme o para mantener despiertos a los oyentes,
repitió los créditos, pero su nombre, en esta ocasión, fue Enrique Borrego. El
final, que quiso ser sonoro y entrañable, lo firmó con un “buenas noches
señoras y señores, buenas noches don Francisco, se despide su amigo Pedro Luis
Oveja”. El basónimo, arrojado en primicia por el parte forense, se concreta en un
sospechoso Miguel de Cervantes.
Cuenta el sabio Cide Hamete Benengeli las azarosas circunstancias ganadas a pulso por la res.
ResponderEliminar