“No te pongas
áspero, Lero." Esto es lo que hoy me han dicho, casi suplicado.
"Lero" soy yo, "Lero" como hipocorístico de
"Lerín", descartado "Francisco" y sus hipocorísticos por su
condición común. Mi selecta frau ha violentado la gramática hasta conseguir un
rótulo sorprendente para este maromo lascivo de setenta y siete años; sí,
achacoso y pobre, ante una princesa pubescente y rica... morganática unión.
Otro capítulo de Vórtex... va lenta la cosa... eh señor Lerín
ResponderEliminarLERO, oh mi LERO !!!!!!
ResponderEliminar?????????????
ResponderEliminarBueno, el humor marital o de pareja siempre es buen síntoma.
ResponderEliminarUn saludo
Dentro de un imponderable lapso cronológico derivará en Lere y quizá transcurrido otro largo intervalo sedimentará en Leré. Una inmediata asociación acabará sublimando en "Cochecito".
ResponderEliminar