Acabo de encontrame con Bernardo Chufas. Mejor dicho,
Bernardo Chufas ha venido a mi encuentro cambiando de acera en la calle Mayor.
La cosa no tendría demasiada importancia si no fuera porque Bernardo Chufas
está muerto, o al menos esto es lo que se dijo. Su atuendo y su mala cara
dificultaban el reconocimiento, pero la anchura del cuello, superior a la muy abultada cabeza, su andar de autómata y la voz ronca sí correspondían a Chufas.
El encuentro ha sido muy parecido a los que acostumbro a transcribir, recién
despertado, como reflejo de un sueño. Pero esta vez no me consta que estuviera
despertándome, por lo que el encuentro ha de haberse producido realmente, a no
ser que la realidad en ese momento y en su continuación, la que
vivo ahora escribiendo en el ordenador, no sea también un sueño, eso
sí de duración extendida y estupendo realismo.
una nueva vuelta de tuerca cada vez más depurada al mundo de los sueños vs realidad
ResponderEliminarY los nombres, siempre sorprendente
ResponderEliminarSí, nuestro afán por extender la duración, en esto reside nuestro sueño.
ResponderEliminarSaludos
Francesc Cornadó
dificil de seguir
ResponderEliminarPero no imposible...
ResponderEliminarAquí hay una de las claves, cito: "...duración extendida y estupendo realismo".