Para evitar ser ejecutado en la horca, un vaquero acuerda un matrimonio de conveniencia con una joven pelirroja de carácter difícil e independiente. Tras la ceremonia, la chica, que se dedica a comerciar con pieles, no quiere saber nada de su marido, pero éste no dejará de insinuarse ante ella hasta conseguir su objetivo.
EL CUATRERO INSISTE
ResponderEliminarHazme libre, así estés enfadada. / Mi bella pelirroja, mi bella hada. / Ven a mí sin tus pieles, iluminada, /
ven a mí, bella, mi bienamada.
Ya ve, estimado Paco, que yo también insisto, como el cuatrero de la peli esa. Ha puesto usted rapidísimo mi comentario.
ResponderEliminarMuy, muy bueno lo de la Luz Pineal.